Una de las cosas que trajo la pandemia del COVID-19 fue la masificación del trabajo remoto. Millones de personas, prácticamente de un día para el otro, no tuvieron otra opción que empezar a trabajar desde sus hogares por las medidas de confinamiento impuestas por los diferentes gobiernos para frenar la propagación del virus.
El mundo de la tecnología, habitualmente pionero, fue uno de los ámbitos laborales en los que el home office era más común incluso antes del Coronavirus. Conocer un programador o diseñador que trabajara desde su hogar antes de la pandemia era bastante convencional y eso se incrementó todavía más post-pandemia. Pero parece que las cosas están empezando a cambiar en Silicon Valley, porque hay cada vez más compañías, algunas de las más grandes del mundo como Amazon, que están obligando a sus empleados a volver a trabajar en sus oficinas.
Amazon, la punta de lanza
El caso de Amazon es el que más resonó. Hace solo semanas, la empresa envió un memo donde le comunicaba a los empleados la nueva política: todos tienen que estar trabajando en las oficinas desde el próximo 2 de enero.
Esto fue lo que dijo Andy Jassy, su CEO: “Decidimos que vamos a volver a estar en la oficina como lo hacíamos antes de la aparición del COVID. Cuando miramos hacia atrás en los últimos cinco años, seguimos creyendo que las ventajas de estar juntos son significativas”.
Incluso algunos de los CEOs que hace tiempo hablaban increíblemente bien de la posibilidad de trabajar desde el hogar haciendo alusión a la libertad que nos da esta modalidad, ahora decidieron ir por otro lado. El motivo siempre suele ser el mismo: la productividad, al menos según esos ejecutivos, crece cuando sus empleados están dentro de la oficina.
Desarrolladores de paro
Esta semana Ubisoft, una de las desarrolladoras de videojuegos más importantes del mercado, creadora de títulos como Assassin’s Creed or Far Cry, estuvieron de paro por la política de vuelta a la oficina que decidieron los ejecutivos. Los delegados explicaron que la dirección decidió, sin justificación, que solo habrá dos días por semana de home office.
En relación a esto, los representantes de los empleados explicaron que hay personas dentro de la compañía que ya habían reorganizado su vida, incluso algunos se habían mudado fuera de las grandes ciudades, y que “simplemente no pueden volver a las condiciones de trabajo anteriores”.
El caso de Meta empezó antes. A fines de 2023 le enviaron un memo a los empleados diciendo que deberían volver a trabajar a las oficinas al menos tres días a la semana. En junio de este año redoblaron sus esfuerzos: la asistencia sería monitoreada diariamente y el incumplimiento podría terminar en despidos.
Pero si bien muchas de las grandes empresas de tecnología tomaron este camino, no es el caso de todas. Desde Spotify, por ejemplo, aseguraron que mantendrían el trabajo remoto.
Katarina Berg, jefa de recursos humanos de la empresa de streaming de música, dijo: “No podemos pasar tanto tiempo contratando adultos para después tratarlos como niños”. “Es más difícil y a todos nos cuesta colaborar en un entorno virtual, pero, ¿eso significa que empezaremos a obligar a la gente a ir a la oficina en cuanto se convierta en una tendencia? No”, sentenció Berg.
¿Una excusa para reducir personal?
También hay que tener otra cosa en cuenta que no va de la mano con la productividad: la reducción de personal.
Hay expertos que aseguran que esto no se trata más que de una estrategia, una forma de hacer que empleados renuncien sin la necesidad de despedirlos. Estudios los apoyan. Uno hecho por Bamboo HR reveló que uno de cuatro tomadores de decisiones admitieron que, después de haber implementado medidas de vuelta a la oficina, esperaban impulsar renuncias.
