Durante siglos, la idea de que la Gran Muralla China, la estructura artificial más larga del planeta, era visible desde el espacio cautivó a la humanidad. Sin embargo, la realidad es mucho menos épica: la grandiosa construcción del norte de China es demasiado fina y del mismo color que la tierra como para ser observable a simple vista desde la órbita terrestre.
Y si bien es cierto que las pirámides de Giza también son estructuras impresionantes, su visibilidad desde el espacio es nula. Al igual que la Gran Muralla, las pirámides son difíciles de distinguir a simple vista desde la órbita terrestre baja debido a su tamaño relativamente pequeño y su color similar al de la arena circundante.
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Entonces, ¿hay alguna construcción humana que se pueda ver desde el espacio? La respuesta es sí, pero olvídate de la Muralla o las pirámides. La única obra del ser humano que puede ser vista desde más allá de la atmósfera es el llamado Mar de Plástico de Almería, España.
Los invernaderos de la costa sureste de la península ibérica conforman extensas estructuras de plástico que cubren 30.000 hectáreas. Sus techos blancos los hacen tan reflectantes que resaltan bajo el sol como una mancha blanca brillante en la superficie terrestre.
Su cantidad y alta densidad (están pegados uno al lado del otro), consecuencia de su uso intensivo para la agricultura, los convierte en la construcción humana más grande y visible desde el espacio. De hecho, los astronautas de la Estación Espacial Internacional la fotografiaron con claridad en numerosas ocasiones.
El Mar de Plástico no es solo una maravilla visual, sino también una proeza de la ingeniería agrícola. Esta red de invernaderos permite el cultivo de frutas y verduras fuera de temporada para abastecer mercados de toda Europa y genera un motor económico vital para la región.