Ronald Wayne es reconocido por ser uno de los cofundadores de la empresa Apple, que actualmente se ubica como la segunda compañía más valiosa del mundo, por detrás de Microsoft. Hace casi 50 años, fundó junto a Steve Jobs y Steve Wozniak la firma de la industria electrónica que en enero pasado estuvo valuada en 2.805 billones de dólares.
Aunque podría pensarse que se convirtió en multimillonario y disfruta de su fortuna, lo cierto es que atraviesa a sus 89 años una realidad completamente diferente: tras vender todas sus acciones por apenas 800 dólares, vive jubilado en un pequeño pueblo de Nevada, Estados Unidos.
Nacido el 17 de mayo de 1934 en Cleveland, Ohio, se formó como dibujante técnico en la School of Industrial Art High School de Nueva York, de donde egresó en 1953. Con 22 años, decidió mudarse a California. Allí empezó a trabajar en el diseño y construcción de máquinas tragamonedas.
Fue recién en 1976 cuando conoció a Jobs y Wozniak, ambos compañeros de trabajo en la empresa de videojuegos Atari. Ellos le propusieron que formara parte de una empresa que tenían en mente: Jobs y Wozniak tendrían cada uno el 45 % de las acciones, mientras que Wayne se quedaría con el 10 % restante para desempatar cualquier tipo de discusión.
Así fue que nació el 1° de abril de 1976 la compañía Apple Computer. Fue justamente Wayne quien, aprovechando su experiencia como dibujante, ilustró el primer logotipo de Apple, que muestra a Isaac Newton debajo de un manzano leyendo un libro. También redactó el manual del Apple-I, el primer producto que comercializó la empresa.
El motivo por el que Ronald Wayne abandonó Apple
Para fabricar el primer gran pedido, Steve Jobs pidió un crédito de 15.000 dólares. Según la ley, todos los socios de una empresa son responsables por la deuda tomada por cualquiera de ellos. Jobs y Wozniak eran dos jóvenes de 21 y 25 años, respectivamente, que buscaban arriesgarse porque no tenían demasiado que perder y porque estaban seguros de su inversión.
Sin embargo, Wayne ya tenía 42 años y era dueño de varios bienes que podían embargarle. Entonces, decidió abandonar la empresa apenas 12 días después de su creación oficial para poner en riesgo su economía. A cambio del 10 % de su participación, recibió 800 dólares. Más tarde recibiría 1.500 dólares adicionales para sellar el acuerdo
“Yo tenía 40 años y estos chicos tenían 20 años. Eran torbellinos, era como tener un tigre por la cola. Si me hubiera quedado con Apple, probablemente habría terminado siendo el hombre más rico del cementerio”, explicó en 2014 en una entrevista con Cult of Mac.
Aunque Jobs intentó tentarlo para que regresara, Wayne se negó y continuó trabajando en Atari hasta 1978, cuando pasó al Laboratorio Nacional Lawrence Livermore. Luego, consiguió un puesto en Thor Electronics, una fábrica de California especializada en la fabricación de productos electrónicos.
Qué es de la vida de Ronald Wayne, cofundador de Apple
Cerca de cumplir sus 90 años, vive jubilado en la pequeña ciudad de Pahrump, Nevada. Aunque podría haber acumulado una gran fortuna de no haber abandonado Apple, siempre que le preguntaron al respecto sostuvo que era una decisión de la cual no se arrepentía. En cambio, sí se arrepiente de haber vendido por tan poco dinero el contrato original que guardó varios años: se desprendió de ese papel en la década del 90 por 500 dólares y, en 2011, se subastó por 1,59 millones de dólares.
En su página web oficial, vende varios productos relacionados a su fugaz paso por Apple. Entre ellos se destacan la réplica del contrato original por 800 dólares, el logo firmado que él mismo diseñó por 35 dólares, el manual del Apple-1 por 99 dólares y su autobiografía, Aventuras de un fundador de Apple, por 25 dólares.