A fines de enero, Neuralink anunció que había concretado exitosamente el primer implante de su chip cerebral en un cerebro humano. Tras algunas semanas de hermetismo —y, por supuesto, intensas especulaciones— la empresa de neurociencia liderada por Elon Musk reveló que el paciente ya podía controlar un cursor “telepáticamente”, es decir, sin emplear periféricos tradicionales.
“Está recuperándose bien. Los resultados iniciales muestran una prometedora detección de picos neuronales”, habían dicho, sin brindar mayores detalles.
En las últimas horas, divulgaron una demostración pública: en el video vemos a Noland Arbaugh, un joven de 29 años con discapacidad motriz que juega al ajedrez en una computadora a través de instrucciones cerebrales. “Esto ya cambio mi vida”, asegura.
Neuralink revela la identidad de su primer paciente humano
No es un capítulo la serie Black Mirror, el emblema contemporáneo de la ciencia ficción. El video que Neuralink publicó en la red social X muestra una escena de la vida real. El protagonista es el mencionado Arbaugh, que hace ocho años sufrió un accidente mientras buceaba, que afectó su motricidad muscular, del cuello hacia abajo.
En un tuit, Musk dijo que en un futuro las personas con un chip de Neuralink podrán enviar señales de la corteza motora del cerebro, lo que permitirá que caminen y puedan utilizar sus brazos. Mientras tanto, la primera muestra de esta tecnología en humanos es alentadora. En el clip de casi 10 minutos, un ingeniero de la firma acompaña a Noland, que interactúa con una computadora en forma “telepática”.
“¿Podés ver el cursor en la pantalla? El que lo mueve soy yo”, dice el paciente de Neuralink, sentado en su silla de ruedas, mientras la flecha viaja en la pantalla. Bromeando, comparó esa capacidad con “el poder de la fuerza” de Star Wars.
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De acuerdo a los informes que circulan, Arbaugh recibió el alta un día después de la intervención quirúrgica. Si bien no consiguió mover el cursor en forma inmediata, con entrenamiento posterior logró ese paso. “Esta es una de las cosas que todos ustedes me han permitido hacer. Realmente no pude hacer mucho en los últimos años”, comenta y concluye, con evidente agradecimiento: “Esto cambio mi vida”.
¿Cómo funciona el chip de Neuralink?
La compañía de neurotecnología cofundada por Musk en el año 2016 avanza para generar canales de comunicación directa entre el cerebro y las computadoras. El gran objetivo de esa organización es potenciar las capacidades humanas, tratar trastornos neurológicos, y tal vez algún día, conseguir una relación simbiótica entre humanos y las máquinas.
El chip cerebral llamado Telepathy permite a los usuarios controlar un dispositivo con el único auxilio del pensamiento. La clave es la generación es una interfaz cerebro-computadora. Con el tamaño de una moneda, el implante funciona con 64 electrodos, hilos delgadísimos que se colocan en diferentes secciones del mencionado órgano. Esos filamentos registran la actividad neuronal y la envían en forma inalámbrica a equipos, que con un software de aprendizaje automático decodifica la información para replicar instrucciones en los dispositivos, como computadoras.
Los pacientes de Neuralink deben someterse a una cirugía, en la que se realiza una incisión pequeña en el cráneo. Luego, se cosen los hilos al cerebro, en una intervención que demora cerca de 30 minutos y, aseguran desde la firma, es mínimamente invasiva. En la actualidad, ese proceso es realizado conjuntamente por médicos humanos y robots cirujanos.
Antes del caso del primer paciente humano de Neuralink, el grupo realizó ensayos con animales —cerdos y monos—; instancias que no estuvieron exentas de polémica. En la ocasión, grupos de defensa denunciaron maltratos y condiciones nefastas en las pruebas de laboratorio. Sin embargo, la compañía recibió la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos para iniciar los implantes en personas.
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Si la tecnología funciona correctamente —tal como promete el caso de Arbaugh, al menos preliminarmente— los pacientes con enfermedades degenerativas graves podrían comunicarse y usar dispositivos con la mente. “Imagina que Stephen Hawking hubiera podido comunicarse más rápido que un mecanógrafo veloz. Ese es el objetivo”, comentó Musk.