Donald Trump, el Papa Francisco, Mark Zuckerberg, John F. Kennedy, la Reina Isabel, Mahatma Gandhi, son sólo algunos de los nombres más celebres -para bien y para mal- que formaron parte de la mítica portada de la revista Time que destaca a la personalidad más importante del año que termina, una tradición iniciada en el año 1927.
En el año 1982, las computadoras personales se encontraban en estado embrionario. Pero con el avance de los microchips dejaron de ser esos roperos gigantes con los que se trabajaba en el ámbito laboral y la reducción de tamaño hizo que su inserción en miles de hogares fuera simplemente una cuestión de tiempo: entre 1980 y 1982 se cuadruplicó la venta de PCs. Esta llegada a la cotidianidad la convirtió en el objeto más relevante para Time desde lo social y tecnológico, a tal punto que ese año el reconocimiento no se llamó “Person of the year” sino “Machine of the year”.
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En aquel año, el ordenador dejó en el camino a pesos pesados de la época que luchaban por un lugar en la portada de la revista Time, como el entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, Steve Jobs o Margaret Tatcher, recordada particularmente en nuestro país por ser la Primera Ministra Británica durante la Guerra de Malvinas.
Si bien hace 35 años la capacidad de las computadoras para realizar una enorme diversidad de tareas estaba lejos de lo que demuestran en la actualidad, la gente de Time ya vaticinaba un futuro en el cual estas máquinas iban a facilitarnos la vida de formas inimaginables, automatizando los quehaceres domésticos, entreteniendo a los más chicos, convirtiéndose en una herramienta fundamental para el trabajo de los más grandes y acortando las distancias conforme avanza el desarrollo de las telecomunicaciones a nivel global.
La elección de la computadora como personalidad destacada dio paso a una tendencia que la revista repetiría en varias ocasiones, poniendo en primer lugar no simplemente a un individuo sino a un movimiento o situación relevante, como por ejemplo el planeta Tierra y su fragilidad ambiental, los creadores de contenido en Internet y las integrantes del movimiento Me Too.
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