En un rincón inesperado de internet, donde la nostalgia por el cómic argentino se cruza con la cultura digital y la creatividad comunitaria, nació Gatonauta: un videojuego gratuito, breve y encantador, que reimagina el universo de El Eternauta a través de los ojos de un felino pixelado.
El juego, desarrollado en la plataforma GATO, es un homenaje lúdico y entrañable a la icónica historieta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López.
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“Sí, todo empezó como un homenaje”, contó a TN Tecno Juan Ignacio Sixto, cofundador de GATO y uno de los impulsores del juego. “Hicimos una pequeña animación en pixel-art con el personaje del gato como protagonista, en una escena inspirada directamente en El Eternauta. No esperábamos tanta repercusión, pero los comentarios fueron inmediatos: la gente se emocionó, propuso nombres y pidió un juego”.

Lo que siguió fue un proceso casi relámpago. Gracias al motor de GATO, una plataforma online y gratuita que permite crear y compartir videojuegos sin saber programar, el equipo transformó ese impulso inicial en un título jugable en pocos días.
Así nació Gatonauta, una aventura pixelada de desplazamiento lateral, con escenarios que evocan a una Buenos Aires distópica y congelada.
“Fue un proceso muy orgánico y colaborativo”, explicó Sixto. “Usamos el motor de GATO, combinamos herramientas clásicas con inteligencia artificial y, desde la idea al primer nivel jugable, pasaron apenas unos días. El mayor desafío fue capturar el clima de El Eternauta, esa mezcla de tensión, melancolía y resistencia, en un formato lúdico, accesible y visualmente fuerte”.
La estética pixel-art no es casual. Es una de las señas de identidad de la plataforma y de los cientos de juegos indie que ya conviven en GATO, que se define como una “consola en la nube” y que tiene más de un millón de descargas en sus versiones para Android e iOS.
“El pixel-art es una forma simple, pero poderosa de transmitir emociones, atmósferas, identidad. Y además, dialoga muy bien con la idea del homenaje: el pixel-art tiene algo de artesanal, de nostalgia, que encaja perfecto con una obra tan cargada de memoria como El Eternauta”, dice Sixto.

Cómo se juega a Gatonauta
En Gatonauta, el jugador controla a GATO, un pequeño felino que debe sobrevivir en un mundo azotado por una nevada mortal y plagado de criaturas invasoras, entre ellas escarabajos gigantes. El recorrido incluye escenarios reconocibles de la ciudad: pizzerías, farmacias, supermercados chinos, colectivos abandonados. La atmósfera de amenaza es constante, pero filtrada por la sensibilidad lúdica del universo GATO.
“Queríamos que Buenos Aires se sintiera presente”, aclaró Sixto. “Y logramos construir un lore nuevo, donde GATO enfrenta una invasión que amenaza su mundo”.
Pero quizá el rasgo más distintivo del desarrollo fue el rol central de la comunidad. Desde el nombre, Gatonauta surgió de un comentario en redes sociales, hasta los enemigos, escenarios y teorías, los fans estuvieron presentes desde el primer pixel.
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“La comunidad fue el motor”, afirmó el creador a TN Tecno. “Lo que más nos sorprendió fue cómo muchos fans reinterpretaron el universo de El Eternauta desde el punto de vista de los gatos: hay toda una mitología emergente ahí, con roles, lealtades y conflictos propios a desarrollar”.
Consciente del peso simbólico de la obra original, el equipo decidió no imitarla de forma literal, sino traducir su esencia a un lenguaje nuevo.
“Era un riesgo, y lo sabíamos. Pero en vez de intentar copiar el tono oscuro y filosófico, optamos por capturar su espíritu: la nevada como amenaza y la invasión como metáfora. En lugar de explicarlo todo, lo dejamos sugerido, como una capa que el jugador puede interpretar”, expresó Sixto.
¿Y qué relación tienen con la obra de Oesterheld? “El Eternauta es una obra fundacional para muchos de nosotros”, afirmó su desarrollador. “No solo por su valor como historia, sino por lo que representa: una mirada crítica, comprometida, profundamente argentina. Traerlo hoy, con otros lenguajes y tecnologías, es también una forma de mantener viva esa llama”.
GATO, la plataforma detrás del juego, nació con ese espíritu: democratizar la creación de videojuegos y convertirse en un punto de encuentro para desarrolladores, jugadores y creativos de todo el mundo. Ya hay cientos de juegos publicados en ella, por usuarios de más de 175 países.
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Gatonauta se suma como ejemplo brillante de lo que ocurre cuando tecnología, cultura y comunidad se cruzan. No hay fines comerciales, solamente el deseo de rendir homenaje.
“El fan art y los juegos hechos por fans son una forma de diálogo cultural. Son parte del modo en que las nuevas generaciones se apropian de obras que no vivieron en tiempo real, pero que sienten como propias”, reflexionó Sixto. “En nuestro caso, trabajamos desde el respeto, sin fines comerciales, y con el espíritu claro de homenaje”.
¿Puede Gatonauta convertirse en una puerta de entrada a El Eternauta para nuevas generaciones? “Ojalá que sí. Nos encantaría que alguien juegue Gatonauta, se divierta, y luego diga: ‘¿de dónde viene esto?’. Y llegue a El Eternauta. Sería hermoso. Al final, ese es el poder de los juegos: abrir puertas, conectar mundos, despertar curiosidad”, finalizó.
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