Epic Games se embarca en una nueva batalla legal, acusando a gigantes tecnológicos de supuestos bloqueos a su juego estrella, Fortnite: Batlle Royale. El desarrollador estadounidense vuelve a apuntar a Google —compañía a la que se enfrentó en el pasado, en el marco de un juicio que también involucró a Apple— y ahora sube al ring al fabricante surcoreano Samsung.
De acuerdo a la agencia AFP, Epic acusa a Google y a Samsung de generar una alianza ilegal para frenar la competencia en los dispositivos de esa marca, que corren con el sistema operativo Android. En concreto, el estudio gamer considera que una función en esos equipos dificulta el acceso a aplicaciones de terceros, entre ellas a su videojuego de supervivencia.
Epic Games contra Google y Samsung: el sideloading, eje del nuevo pleito
Siguiendo el repaso de The Verge, la queja de Epic hace foco en la función Auto Blocker en los móviles de Samsung, que por defecto impide la instalación de apps que provienen de tiendas de terceros, es decir, aquellas que se ofrecen por fuera de Google Play —oficial de Android— y la Galaxy Store, de la surcoreana.
Indicaron que los jugadores deben hacer 21 pasos para, con Auto Blocker, por fin instalar la entrega gamer en los dispositivos de Samsung.
El concepto relevante en este pleito es el sideloading, que consiste en la descarga de apps en tiendas no oficiales. Mientras que Apple históricamente ha prohibido esa práctica, Android la admite, aunque en los últimos años ha comenzado a colocar algunas barreras. ¿Cuál es el problema de las descargas laterales? Al circular en ámbitos no regulados, pueden contener programas maliciosos.
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Eso es, al menos, lo que esgrimen los enemigos del sideloading. El debate acerca de la presencia de malware en las tiendas oficiales es una realidad que también debe considerarse en este análisis.
Epic protagonizó una larga lucha contra Apple y Google, tras los bloqueos a Fortnite en los móviles
Tim Sweeney, CEO de Epic Games, reveló que presentarán la querella en un tribunal de California, en Estados Unidos. En ese mismo Estado, el estudio de videojuegos protagonizó una encarnizada lucha contra dos gigantes tecnológicos que se extendió por varios años. La batalla legal de Epic con Apple y Google —dueños de iOS y Android, respectivamente— se centró en el bloqueo a Fortnite en esos entornos.
Los problemas comenzaron cuando el desarrollador del battle royale se negó a pagar las comisiones que las tiendas de apps —la App Store y Google Play— exigen a los creadores de juegos. Cuando intentó llegar a los usuarios a través de plataformas de descarga no oficiales, el título fue bloqueado.
En el presente enfrentamiento con Google y Samsung, la queja gira en torno a una misma lógica. Epic tiene su propia tienda y asegura que los jugadores se topan con obstáculos para acceder a ella, con prácticas que, alegan, van en contra de la decisión de la justicia en diciembre del año pasado, cuando el gigante de las búsquedas fue acusado de monopolio en la distribución de apps en Android.
Google y Samsung respondieron a las acusaciones de Epic Games
“Como desarrollador de aplicaciones, Epic se ve perjudicado por las declaraciones falsas de Samsung sobre que sus aplicaciones son desconocidas y no son seguras. Esto no solo daña la reputación de Epic, sino que conducen a casos identificables de usuarios que abandonan la instalación de aplicaciones de Epic, lo que resulta en la pérdida de ganancias que habrían resultado de las compras realizadas por esos usuarios”, comentaron desde el estudio de videojuegos.
“La decisión del jurado fue unánime y clara: los acuerdos de Google con los fabricantes de equipos originales para bloquear la competencia son ilegales. Esto se aplica no solo a Google, sino también a los fabricantes de dispositivos que se confabulan con ellos. Tomaremos todas las medidas necesarias para garantizar que esta decisión se respete plenamente”, agregaron en un comunicado.
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Por su parte, un vocero de Samsung dijo que prevén responder con vigor a las “afirmas sin fundamento de Epic Games”. En esa misma línea, un representante de Google señaló que la demanda “no tiene sustento”.
