La Argentina es uno de los países que más usan el celular en el mundo. Hay un fenómeno importante en la iniciación del uso de la tecnología por parte de los niños de 4 y 5 años, debido a que cerca del 65% de los padres dan a sus hijos una pantalla para entretenerlos y, a los 11 años se convierten en usuarios intensivos de hecho, lo son el 90% de estos pequeños usuarios. En la preadolescencia la principal actividad es jugar, que es a lo que más tiempo dedican. Las redes sociales, comunicarse con amigos y familia y sacar fotos tienen menos prioridad para ellos.
Claramente a esa edad jugar es lo “más importante” y los chicos reparten su tiempo entre una consola, una PC y su celular. El diseño adictivo, la estimulación continua y la portabilidad hacen que los menores estén “prendados a la pantalla jugando”. Existen unos 7.000 millones de smartphones en todo el mundo, y cada vez es más el tiempo que se pasa frente a la pantalla.
Leé también: Apuestas online: Argentina es el país donde menos importa si los sitios de juego son legales o no
En la Argentina, se estiman 60 millones de conexiones móviles celulares. Los argentinos pasan más de la mitad de su día mirando pantallas, con un promedio de 9 horas. Nuestro país aparece en el quinto lugar a nivel mundial en uso de celulares, con un promedio de 5 horas, lo que representa un 30% del tiempo que los argentinos pasan despiertos.
Cada vez apuestan dinero a edad más temprana
Uno de cada cuatro niños pasa más de 6 horas por día conectado a internet, pero un inquietante descubrimiento preocupa como nunca antes: los menores de 13 años apuestan dinero en sitios online.
Muchos padres han optado por abrir a sus hijos cuentas de dinero electrónico en billeteras digitales, en algunos casos a nombre del menor, y en otros a nombre de papá o mamá. La preferencia de las apuestas oscila entre deportes y partidos de futbol de todo el mundo y, entre otros y solo a manera de ejemplo, el “juego del dinosaurio” que consiste en un diseño infantil de un simpático dinosaurio al que un meteorito intentará matar y, claro, los chicos deberán apostar dinero, través de MercadoPago, al que eventualmente mamá y papá le acreditarán algo de dinero para comprar una gaseosa en la escuela o el club.
El hallazgo surge a partir de analizar la comisión de fraudes del tipo phishing, vastamente relevado en nuestra práctica forense, presente en el 45% de los incidentes que reportan un daño económico en la población.
El hecho es que, a partir de repetidos incidentes de vaciamiento de cuentas en billeteras electrónicas, el vector a través del cual se canaliza el engaño, proviene de la utilización de los fondos para el pago de las apuestas en juegos infantiles en dispositivos móviles.
Leé también: La colorida oscuridad de Tik Tok: tendencias peligrosas y acceso a pornografía al alcance de los más chicos
Es decir, niños menores de edad apostando online, con dinero real, exponiéndose a estímulos extemporáneos y asumiendo para sí y su familia un riesgo de estafa virtual, que definitivamente los niños NO denuncian y que sus padres no controlan y, en muchos casos, desconocen.
El 30% de los jóvenes apuestan dinero on line
¿Es posible que niños de entre 11 y 13 años iniciándose en este “juego” se vuelvan adictos a las apuestas? La realidad es que los juegos de azar online son cada vez más accesibles para los niños. Los anuncios y publicidades de juegos de apuestas usan más humor e involucran a celebridades o memes que atraen a los menores. Aunque los sitios pueden tener una restricción de edad legal, los chicos los eluden con facilidad para depositar y retirar dinero. Este es uno de los muchos ejemplos de controles insuficientes e ineficientes por parte de las plataformas, independientemente de las restricciones, políticas o leyes vigentes.
Los niños de tan solo 13 años apuestan por dinero y juegan videojuegos y los padres son partícipes al financiarlos y habilitarlos. Aunque esta actividad además de dañina es ilegal por, tratarse de menores, nuestra estimación es que por lo menos el 30 % de los jóvenes apuestan dinero, y si no, ¡preguntale a tu hijo!
Es necesario trabajar en generar información y mayor educación de los padres y los jóvenes sobre los peligros del juego. Las plataformas deben implementar controles de verificación de la edad y la identidad para evitar que los menores se involucren en esta actividad y se expongan a una potencial adicción que, por defecto, está enmarcada en un recurso dotado de altísimas capacidades de estimulación para la generación de dopamina: la tecnología.
Es fundamental que las instituciones deben tomar partido, los gobiernos y reguladores actuar y establecer un marco normativo y los padres, examinar y auditar los juegos que juegan sus hijos.
(*) Gabriel Zurdo es especialista en riesgo tecnológico y negocios, CEO de BTR Consulting
