Internet, la inteligencia artificial y las plataformas digitales no son las responsables del primerísimo surgimiento de las noticias falsas. Al rastrear el origen de las fake news encontramos un caso célebre en el año 1835, cuando el periódico The New York Sun, que se publicó hasta mediados de ese siglo, aseguró que la Luna albergaba seres con vida. Sin embargo, es evidente que las nuevas tecnologías profundizaron esta problemática, que las redes sociales expandieron su alcance (tanto en su divulgación como consumo) y que el auge de la IA generativa complica aún más este panorama.
Leé también: Elon Musk abrió su IA al público y las redes sociales se llenaron de fotos falsas y memes
Básicamente, una noticia falsa es una que pretende un estatus de legitimidad. Hay diversas especies y motivaciones detrás de ellas, desde exageraciones que en ocasiones se van de las manos y falsedades que se explican por falta de rigurosidad; hasta imprecisiones deliberadas y peligrosas, e intentos de manipulación de la opinión pública.
Noticias falsas y automatización: ¿por qué el boom de la inteligencia artificial pone las cosas más difíciles?
La irrupción de las redes sociales ha sido (y sigue siendo) un multiplicador de fake news. Esto se debe a dos factores, principalmente. Por un lado, porque esas plataformas expandieron el número de voces y su alcance. Lo que antes circulaba en medios de comunicación específicos (periódicos, revistas, programas de radio y televisión), comenzó a correr en millones de perfiles. Y si bien la prensa no puede llevarse para sí el monopolio de la realidad, es evidente que esa apertura trajo consigo una merma en la rigurosidad noticiosa.
Como señalamos, el auge de la IA Generativa expandió la llegada de la desinformación. Al alcance del público, esas herramientas permiten crear contenido con unas pocas instrucciones. En ese marco, también se han sofisticado las deepfakes (falsificaciones profundas), que ahora circulan en formatos como imágenes, audios y videos de gran realismo y, en tanto, capaces de confundir incluso a los espectadores más avezados.
Leé también: ¿Eso es real? Los secretos para descubrir si una imagen fue creada con inteligencia artificial
Frente a este panorama, es relevante evaluar cuáles son las claves para identificar a las noticias falsas y eludir los riesgos asociados a su consumo y divulgación. Conseguir esta habilidad no es trivial: permite observar el mundo con mayor objetividad e incluso te protege de ciertos peligros en el mundo real, desde fraudes online que roban datos y dinero, hasta asuntos vinculados a la política de un país, e incluso relacionados a tu estado de salud.
Es decir: es importante reconocer a la desinformación (tanto a la deliberada y malintencionada, como a la que no lo es) porque esa capacidad ayudará a tomar mejores decisiones.
Las claves para detectar fake news
Uno de los modos para identificar fake news es emplear recursos, sitios de verificación de hechos. La firma de seguridad Kaspersky recomienda los siguientes: Snopes, Fact Check y PolitiFact. En Argentina, Chequeado, y Maldita en España. Básicamente, son plataformas periodísticas especializadas en el chequeo de datos, que contrastan hechos y dichos, con la intención de combatir la desinformación de diversas especies.
Por lo demás, hay algunas buenas prácticas a considerar:
- Comprobar la fuente y privilegiar la información que comparten las plataformas con avales comprobables.
- También chequear quién es el autor de la noticia original, su reputación e historial.
- Siempre es una buena idea consultar más fuentes; es decir, no quedarse con una única.
- También es válido revisar la sección de comentarios, para conocer la opinión de otras personas.
- Otro aspecto a considerar es la fecha de publicación. Puede parecer un detalle pequeño, pero en ocasiones se divulgan historias que ocurrieron años atrás y se muestran como si fuesen de actualidad.
A fin de cuentas, la clave es el espíritu crítico. Si bien, como hemos dicho, las nuevas herramientas diluyen las barreras entre lo real y lo irreal, entre el contenido veraz y el sintético, la curiosidad e inquietud de quien consume una información sigue siendo relevante.
Leé también: Los famosos más “deepfakeados” en 2024: Donald Trump, Elon Musk y Taylor Swift encabezan la lista
Finalmente, concluyen desde Kaspersky con un consejo fundamental: evaluar nuestros propios sesgos y dar una chance a la diversidad de fuentes. “¿Es posible que estos estén influenciando la forma en que respondes al artículo? Las redes sociales pueden crear cámaras de eco sugiriendo historias que coinciden con tus hábitos de búsqueda existentes, tus intereses y tus opiniones. Mientras más leamos desde fuentes y perspectivas diversas, más probable es que podamos obtener conclusiones acertadas”, señalan.
A modo de cierre, un consejo medular: en la lucha contra la desinformación, es fundamental no compartir contenido cuya veracidad se desconoce. Esa es otra de las formas de combatir y apartarse de sus efectos colaterales más negativos.