El aislamiento social obligatorio se está implementando en todo el país y también en gran parte del mundo. Por este motivo, en las cárceles bonaerenses se empezó a implementar un sistema de videoconferencia.
El objetivo es vincular a los presos con sus familiares, especialmente con aquellos que por pertenecer a grupos de riesgo o por vivir en ciudades alejadas pasaron mucho tiempo sin contacto con los detenidos.
En una primera etapa la iniciativa se implementó en 15 penales del Servicio Penitenciario Bonaerense y en los próximos días se agregarán otros tres. Desde el viernes 27 los reclusos pudieron mantener comunicaciones con sus seres queridos, y de esta manera suplir de la mano de la tecnología la suspensión de las visitas a los penales debido a la cuarentena por el coronavirus.
De esta primera experiencia participaron internos de cárceles de Olmos, La Plata, Batán, Florencio Varela, Campana, Dolores, La Matanza, General Alvear, Bárker, Bahía Blanca, Saavedra, Junín, Trenque Lauquen, San Nicolás y Sierra Chica. En los próximos días se sumarán penales de San Martín, Urdampilleta y Magdalena.
Desde el Servicio Penitenciario destacaron dos de los contactos más importantes que se realizaron gracias a la videollamadas. Un interno alojado en la Unidad 13 Junín habló con dos de sus hijos que cumplen una cuarentena en Italia. Y un detenido de la cárcel de Bárker pudo hablar con su madre, que que padece coronavirus y se recupera en su casa.
El Jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense, Xavier Areses, destacó la iniciativa como “histórica e inédita” y agradeció al personal penitenciario por el compromiso laboral y la adaptabilidad que muestran con los cambios tomados ante esta crisis sanitaria.
Profesionales del área de asistencia social de las Unidades Penales seleccionaron a los presos que participaron o serán incluidos en esta implementación. Se contemplaron las dificultades de salud de los familiares de los internos o el periodo extenso de tiempo sin visitas por las largas distancias que debieron transitar por vivir en localidades alejadas a las cárceles.
Para comunicarse, los familiares de los reclusos tuvieron que bajar una aplicación en sus celulares y desde la sala de videoconferencias del penal (que se utiliza para efectuar comparecer con funcionarios de forma remota) se establecieron los contactos durante un tiempo promedio de 20 minutos.
El programa fue impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y sirve de apoyo al Protocolo de Contención Psicológica, donde los especialistas indicaron que algunas de las respuestas esperables ante la crisis sanitaria pueden ser miedo intenso, ansiedad, angustia, pánico, temor al contagio, incertidumbre, irritabilidad y enojo, así como también recuerdos de vivencias traumáticas anteriores, falta de concentración y dificultades para conciliar el sueño, por lo que el mantenimiento del vínculo con sus familiares contrarresta las disfunciones mencionadas.
Esta modalidad de comunicación estará a disposición de las autoridades penitenciarias para cada ocasión que se requiera y mientras dure el aislamiento social obligatorio por la pandemia del coronavirus.