Una mujer australiana puede terminar en prisión por bombardear con nueve mil mensajes a un hombre que conoció por Internet y de quien dijo estar enamorada. Algo parecido había pasado hace unos meses en Estados Unidos.
Denise Lee, de 39 años, está acusada de acosar a Mathew Holberton desde junio de 2016, meses después de que el hombre decidió terminar la relación. Además de los mensajes, la mujer rastreó las rutas que él tomaba cada día y hasta averiguó información de sus amigos.
Según la denuncia, Lee no solo hostigó a su expareja, sino que también atacó a la novia actual de Holberton, a quien le mandó unos 100 correos anónimos, y a los padres y compañeros de trabajo de ella.
Según testificaron ante la justicia, algunas víctimas de la mujer manifestaron que la situación se había vuelto tan angustiosa, que incluso habían pensado en suicidarse.
Aunque pasaron más de dos años desde que la acusaron por acoso e intimidación, Lee se sigue declarando inocente ante el juez.
Los pasos a seguir frente al ciberacoso
"La denuncia siempre es penal. Cualquier funcionario público que toma conocimiento de que se está cometiendo un delito debe denunciarlo a la policía o en una fiscalía. El acoso es un modo de llevar a cabo una amenaza, en este caso por su reiteración y a través de un medio tecnológico", explica Hernán Navarro, director de la ONG Grooming Argentina.
"Hay que resguardar la evidencia (mensajes, fotos, audios) y hacer inmediatamente la denuncia porque cuánto más rápido toman conocimiento las autoridades, es más fácil encontrar al acosador", indican desde la dependencia.