Cuando dejamos Ciudad Gótica la última vez, Joker rechazó la propuesta de Acertijo de formar una alianza contra Batman de la manera más brutal posible: le disparó a quemarropa un tiro en el estómago. Acertijo había conseguido escapar, literalmente con sus tripas en la mano, reagrupandose, con la intención de juntar fuerzas y aliados para cobrar su venganza de Joker.
// Batman en guerra contra el Guasón y Acertijo
Encontramos a Eddie Nigma (E. Nigma) en el oscuro y tétrico consultorio de un médico clandestino que, con pocos y antihigiénicos elementos, cierra la herida que tiene en su abdomen. Como agradecimiento al médico que salva su vida, Acertijo hace lo que cualquier villano que se precie de sí mismo haría: lo mata. Luego toma el bisturí con el que el médico trabajó en él y se dibuja en el pecho un gran signo de pregunta, el símbolo que mejor lo identifica, marcándose a sí mismo para siempre en una fusión inseparable con su álter ego. King hace un trabajo maravilloso al rejuvenecer a Acertijo y mostrarlo como un adversario formidable, sin escrúpulos y amenazante. Por primera vez, con su traje verde, camisa abierta y un gran emblema marcado en el pecho vemos a Acertijo como un villano poderoso y aterrador.
Joker, por su parte escucha en la radio las noticias que anuncian que Acertijo sobrevivió el atentado sobre su vida, y en ocho paneles gloriosos, conseguimos sumergirnos en lo profundo de la mente de este arlequín asesino. Se enfrenta a su propia imagen en el espejo e intenta infructuosamente sonreír, pero su rostro simplemente no puede mantener el gesto. Su cara va mutando mientras escucha los reportes de la radio, pero por más que lo intente, la sonrisa, su propio combustible espiritual, se desvanece.
Dicen que se mide la grandeza de un héroe con la vara de la fortaleza de sus villanos, y es una máxima a la que Tom King adhiere a rajatabla. Luego de las amenazas de Acertijo, Joker decide tomar cartas en el asunto. Llama a Carmine Falcone, il capo di tutti capi, el Padrino de ciudad Gótica y le ordena matar a Acertijo, sin más. Tiene una hora. Falcone reacciona como esperamos de un hombre de su status social (le grita “voy a asesinarte, sentir tu cuerpo sin vida en mis dedos”), pero cuando Joker corta el teléfono, se somete a sus pedidos como un cachorro asustado, y manda a sus matones a terminar con Acertijo, temeroso de la insanía del Joker.
Cuando estos matones de la mafia por fin encuentran a Acertijo, él está caminando en el parque, reclutando a su primera aliada: Poison Ivy (Pamela Isley, Hiedra Venenosa). Su argumento para convencerla es que Joker prometió que en su guerra, no se iba a detener por nada e iba a arrasar con toda la tierra, si así fuese necesario. Error. Uno se mete con la Tierra y las plantas, se mete con Poison Ivy. No se alcanza a producir siquiera un enfrentamiento: la vegetación que los rodea aniquila al escuadrón mafioso antes de que siquiera puedan desenfundar sus armas.
Como represalia ante la falla de la mafia, Joker arranca todos los dientes y asesina a la madre de Falcone. Lo curioso, y que nuevamente pone en evidencia el sadismo del Joker, es que le había dado a Falcone apenas una hora para acabar con Acertijo. La madre de Falcone vivía en Metrópolis, a tres horas de distancia...
Batman lamenta cómo poco a poco la guerra de bromas y acertijos se torna cada vez más intensa y violenta. Cada vez aparecen más cuerpos en la calle, van cayendo personas inocentes como daño colateral entre estos dos Césares del crimen. El conteo de víctimas aumenta cada vez más, a medida que uno a uno, los villanos van tomando partido por un bando o el otro. Si no estás con ellos, estás contra ellos.
Este arco evoca el espíritu de las guerras civiles que se han desarrollado a lo largo de la historia de la humanidad, nos recuerda las dinámicas de alianzas y política que se repitieron desde las guerras en el Imperio Romano hasta hoy.
La aparición de Batman, sólo un año antes de esta guerra, rompió el status quo con el que se habían manejado los criminales en la ciudad. Tanto el Príncipe Payaso del Crimen como el Hombre de los Enigmas regían como soberanos en una ciudad contaminada, pero el rayo de luz y esperanza que significó la aparición del Hombre Murciélago sacudió los cimientos de sus vidas.
La figura de los villanos se agiganta aún más cuando vemos que Batman llega tarde a su encuentro una y otra vez, encontrando las escenas del crimen ya frías y repletas de cadáveres. Intenta detenerlos, pero una y otra vez lo único que consigue son los nombres de las víctimas.
Ambos líderes tejen una complicada red de alianzas para sumar la mayor cantidad de adeptos a sus filas, preparándose para el enfrentamiento final. Tal vez será cara a cara, pero lo más probable es que el caos se desarrolle en una guerra de guerrillas, sin el más mínimo interés en quién caiga, sea inocente o no.
Tendremos que esperar dos semanas más para ver como continúa.
Escrito por Tom King
Ilustrado por Mikel Janín y June Chung
Calificación: 8 de 10