Un paper de reciente publicación examinó respuestas para una pregunta inusual: ¿qué pasaría si se lanzase un avioncito de papel desde el espacio en dirección a la Tierra? El vuelo simulado partiría de la Estación Espacial Internacional (EEI), el laboratorio orbital que se encuentra a unos 400 kilómetros de la superficie de nuestro planeta.
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Los científicos de la Universidad de Tokio, Maximilien Berthet y Kojiro Suzuki, decidieron que la aeronave de papel sea confeccionada con una hoja A4 estándar. Para simular el vuelo, ingresaron esa información en un modelo de software, además de la distancia entre la EEI y la Tierra, y la velocidad en la que se mueven esas instalaciones, a unos 7.800 metros por segundo.
Un avioncito de papel lanzado desde la EEI: los resultados del experimento
Tal como observa Universe Today, esa velocidad parecería capaz de destrozar al papel. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a 400 kilómetros de altitud no hay daños porque la densidad de la atmósfera no es lo suficientemente densa. Esto se mantiene durante la mayor parte del descenso: antes de los 120 kilómetros de altitud, el avioncito se mantiene estable por la falta de aire.

Un detalle relevante, que comentan los investigadores de la universidad japonesa: el papel doblado demora tres días y medio en llegar a una altitud de 120 kilómetros.
¿Qué pasa después? Según las simulaciones, el aumento de la densidad del aire a medida que se acerca a la Tierra hace que el trayecto sea incontrolable. Por lo demás, luego se quemaría en el reingreso.
Más allá de las simulaciones: los científicos probaron un avioncito real
Para trascender a los modelos teóricos, Berthet y Suzuki armaron un avión con una hoja, a la que agregaron una cola de aluminio, que luego introdujeron en un túnel de viento disponible en la Universidad de Tokio. El propósito fue comprobar qué tipo de fuerzas aerodinámicas puede soportar la nave de origami, sometiéndola a fuerzas similares a las que experimentaría durante un reingreso real a la atmósfera terrestre.
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¿La conclusión? Si el experimento se hubiera extendido, el avión de papel se habría quemado, hecho que quedó demostrado por la presencia de fragmentos carbonizados en las pruebas.
El estudio se publicó en Science Direct.