Un equipo de investigadores de la Universidad de Australia del Sur (UniSA) trabaja en una tecnología que podría reducir el costo de la energía solar térmica. La disminución podría alcanzar hasta un 40%.
La clave de este desarrollo son los espejos retrovisores de plástico, originalmente diseñados para automóviles, que son irrompibles y mucho más ligeros que sus equivalentes de vidrio. Las perspectivas iniciales son optimistas y desde la institución creen que esta idea podría alterar el campo de la energía renovable.
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Este avance es especialmente relevante para sectores como la agricultura y los industriales. Esas áreas necesitan grandes cantidades de calor para procesos a gran escala. Algunos de estos son:
- La producción de alimentos.
- El secado de cultivos.
- El tratamiento de aguas residuales.
En el ámbito industrial, podría impactar de forma positiva en:
- La producción de químicos.
- La fabricación de papel.
- La desalinización de agua.
Parte del optimismo en relación con la propuesta está racionado con las distintas áreas sobre las que puede tener un efecto directo.
La energía solar térmica: cómo funciona
A diferencia de los sistemas solares convencionales que capturan la luz, la energía solar térmica se centra en el calor del sol. Utiliza reflectores para concentrar la luz solar en un receptor y así convierte la radiación solar directamente en energía térmica.
Esa energía puede usarse para:
- Calentar edificios.
- Calentar agua.
- Los procesos industriales mencionados.
El proyecto piloto de UniSA se basa en usar espejos plásticos con un revestimiento especial de aluminio, diseñados para ser tan reflectantes como un espejo convencional. La idea será probada en el Vineyard of the Future de la Universidad Charles Sturt, un centro de innovación en procesos de producción de vino en Australia.

Podría ser una vía hacia la descarbonización
“Estamos viendo precios récord de combustibles fósiles y una creciente presión para que las industrias se descarbonicen”, afirmó el profesor Colin Hall de UniSA, en una publicación hecha por la institución. Hall es uno de los referentes del proyecto. “Esta solución de energía solar térmica concentrada (CST) es ideal para el clima cálido y seco de Australia y ofrece una vía viable hacia el calor de proceso sin emisiones”, sumó.
Este desarrollo sigue a un proyecto CST en China, donde se logró una eficiencia del 24% con torres rodeadas de espejos en círculos concéntricos que siguen el sol. “El calor de proceso industrial representa un asombroso 25% del uso energético global y el 20% de las emisiones de CO2″, señaló la líder del proyecto de UniSA, la doctora Marta Llusca Jane. La innovación podría contribuir a reducir el maltrato sobre el medioambiente.