Perseverance, un rover de la NASA que busca vida en Marte desde su llegada a ese paraje del Sistema Solar en el 2021, encontró en el cráter Jezero una roca que desconcierta a la escena científica. Bautizada con el nombre Bahía St. Pauls, la formación rocosa se caracteriza por sus cientos de bolitas milimétricas, de color gris oscuro, algunas de ellas con pequeños agujeros.
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Los especialistas involucrados en esta investigación señalaron que aún debe determinarse el origen de esa roca, que por su singularidad podría ofrecer información clave sobre la evolución marciana a lo largo de miles de millones de años, según observa la publicación Space. Una de las posibilidades que se contemplan es que su forma haya sido generada por el paso del agua, un recurso clave para la vida.
St. Pauls Bay, la roca marciana que sorprende con sus pequeñas esferas
La piedra que vemos en las imágenes compartidas por la agencia espacial de Estados Unidos fue descubierta por Perseverance este mes, en el borde del cráter Jezero, un lecho en el que se considera que antiguamente hubo un lago en Marte. El rover explora esa región desde hace poco más de cuatro años, con un propósito primario: indagar los indicios de vida marciana antigua. No se espera que se tope con alienígenas como los del cine y la televisión, sino con biofirmas microbianas.

Recientemente, otro rover de la NASA, Curiosity, encontró moléculas de carbono en Marte, un signo que también podría ofrecer información relevante acerca de la existencia de vida, en algún momento de la historia, en el planeta rojo.
Respecto a la roca St. Pauls Bay, el equipo de Perseverance señaló que “situar estas características en un contexto geológico será fundamental para comprender su origen y determinar su importancia para la historia geológica del borde del cráter Jezero y más allá”.
“Una página del libro sobre la historia de Marte”
En concreto, la roca fue encontrada por el rover en Witch Hazel Hill, una región en el mencionado cráter colmada de afloramientos rocosos que se extiende por más de 10 metros. De acuerdo a la fuente, “cada una de sus capas es una página en el libro de la historia de Marte”.
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Sin embargo, una de las hipótesis es que la roca con pequeñas esferas podría haber llegado desde otro lugar. Esta idea se sustenta en el hecho de que, anteriormente, instrumentales de la NASA hallaron formaciones similares en otras regiones del planeta rojo, específicamente en los cráteres Endurance y Gale.

Como fuere, la presencia de rocas con esa textura (similares a pochoclos) sugiere que alguna vez fluyó agua en Marte. También se contempla la posibilidad de que esa fisonomía se explique por procesos volcánicos o impactos de meteoritos.
“Cada uno de estos mecanismos de formación tendría implicaciones muy diferentes para la evolución de estas rocas, por lo que el equipo está trabajando arduamente para determinar su contexto y origen”, declaró el equipo de la misión en un comunicado.
La NASA estudia la superficie marciana para determinar si allí hubo vida
¿Cuáles son los pasos a seguir en esta investigación? Las muestras recolectadas (entre las que hay otras rocas, incluyendo una con manchas similares a la piel de un leopardo) se encuentran en tubos pequeños a la espera de ser recogidas en Marte, para llevarlas a la Tierra.
Para estudiarlas aquí habrá que esperar: se estima que llegarán entre 2035 y 2039.