El primer hallazgo de un exoplaneta (planetas fuera de nuestro Sistema Solar) fue realizado en la década del 90′ y desde entonces el listado ascendió a más de 5.000 ejemplares. Según explica la publicación Space, un tercio de ellos son supercalientes y uno de los ejemplos es el intrigante WASP-121b, que en una de sus caras tiene temperaturas que rondan los 2.500 grados Celsius, condición climática a la que se agrega su singular lluvia de metal.
WASP-121b, el exoplaneta con lluvia metálica
Utilizando el telescopio Gemini Sur, que se encuentra en Chile, un equipo de astrónomos descubrió nuevos datos sobre WASP-121b. La novedad clave es la hipótesis de que podría haberse formado más cerca de su estrella de lo que se creía anteriormente. “Esto pone en entredicho lo que sabemos sobre la formación de los planetas”, observa la fuente. Las teorías actuales sostienen que los planetas supercalientes se forman más lejos de sus estrellas, en órbitas similares a las de Júpiter y Saturno, antes de migrar hacia el interior.
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Mediante el instrumento IGRINS del observatorio ubicado en territorio chileno, los científicos consiguieron mediciones químicas inéditas en el estudio de exoplanetas. “Los datos terrestres (...) permitieron mediciones más precisas de las abundancias químicas individuales de las que incluso los telescopios espaciales podrían haber logrado”, comentó en un comunicado Peter Smith, investigador del Programa “Roasting Marshmallows” (algo así como “malvaviscos asados”, en español, en referencia a la composición y temperatura de esos cuerpos espaciales.
5 datos sobre WASP-121b
- Se encuentra a 858 años luz de nuestro planeta.
- Tiene 1,2 veces la masa de Júpiter.
- Está hinchado: es 1,9 más ancho que el planeta más grande del Sistema Solar.
- Tal como señalamos, está muy cerca de su estrella: solo necesita 1,3 días terrestres para completar su órbita.
- Uno de sus lados permanece siempre en la oscuridad, mientras que el otro mira siempre a su estrella y recibe luz constante, con temperaturas de 2.500 grados Celsius.
¿Por qué llueve metal en WASP-121b?
Debido a su altísima temperatura, los metales del exoplaneta pueden vaporizarse y desplazarse hacia su atmósfera. Cuando los fuertes vientos (que superan los 17.000 kilómetros por hora) arrastran esos metales hacia su cara oscura, estos se enfrían y caen en forma de lluvia de metal líquido.
“El clima de este planeta es extremo y no se parece en nada al de la Tierra”, señaló Smith. “El lado diurno es tan caliente que los elementos que normalmente se consideran metal se vaporizan en la atmósfera, lo que los hace detectables mediante espectroscopia”, explicó.
Más allá de su lluvia exótica, el experto del Programa Roasting Marshmallows notó que los hallazgos en WASP-121b indican que algunas de las visiones deben ser reconsideradas, en especial los modelos de formación de planetas.
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La investigación se publicó recientemente en The Astronomical Journal.
