Un equipo de astrónomos descubrió la supernova más distante y, en tanto, la más antigua jamás vista hasta ahora gracias a la potencia del telescopio espacial James Webb. Esta explosión de estrellas (que los científicos llaman con el nombre AT 2023adsv) ocurrió cuando nuestro universo daba sus primeros pasos, unos 2.000 millones de años después del Big Bang. Se estima que ese evento descomunal se remonta a unos 13.800 millones de años.
La supernova más antigua jamás vista
Esta explosión de estrellas fue descubierta en el marco del Programa JADES del James Webb, un telescopio desarrollado por la NASA en colaboración con socios internacionales que, desde su despliegue en el espacio hace poco más de dos años nos ha entregado increíbles imágenes del universo primitivo y hallazgos de relevancia en el ámbito de la astronomía.
Siguiendo el repaso de la publicación Space, la supernova AT 2023adsv podría ayudar a los científicos a conocer la muerte de estrellas en el pasado cósmico más remoto. “Es emocionante que esta explosión estelar pueda ser algo diferente de las que han ocurrido más recientemente en el universo local. En particular, la explosión de alta energía parece haber sido excesivamente violenta”, observa la fuente.
De acuerdo con David Coulter, miembro del equipo JADES e investigador del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial (STScl), existen grandes diferencias entre las primeras estrellas y las que ahora conocemos. “Eran masivas, calientes y las explosiones eran verdaderamente gigantescas”, explicó.
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Hasta ahora, el Programa JADES detectó más de 80 supernovas antiguas. “No sabemos cuántas encontrará el James Webb, pero podemos comenzar a avanzar hasta el comienzo de esas primeras estrellas y esperamos ver estos procesos”, agregó Coulter. “Esta supernova está tan lejos y, por lo tanto, tan atrás en el tiempo que cuando la luz llegó por primera vez a nosotros, el universo tenía menos de 2.000 millones de años. Eso significa que esta luz había estado viajando 6 mil millones de años antes de que se formara el Sol”, notó, además, el astrónomo.
Por su parte, Christa DeCoursey, miembro del equipo e investigadora de la Universidad de Arizona en Tucson, señaló que “estudiar explosiones distantes es la única forma de explorar las estrellas individuales que pueblan las galaxias tempranas”, y que la “cantidad de detecciones más las grandes distancias a las que se encuentran estas supernovas son los dos resultados más emocionantes” del reciente hallazgo.
Con un nuevo compañero, el telescopio James Webb buscará explosiones más antiguas
Según la fuente, el poderoso instrumental seguirá siendo clave en la búsqueda de explosiones cósmicas tempranas y distantes, una tarea en la que además colaborará el telescopio Espacial Nancy Grace Roman, que la NASA prevé lanzar el próximo año.
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“Las estimaciones actuales sugieren que el amplio campo de visión del telescopio Roman localizará miles de supernovas tempranas para que el sensible ojo infrarrojo del JWST las detecte e investigue”, indican en Space.