Mientras las agencias espaciales de varios países se apresuran en poner a punto misiones para volver a la Luna, un astrónomo japonés ha captado un acontecimiento único en la superficie de nuestro satélite natural.
Daichi Fujii, científico que trabaja en el Museo de la ciudad de Hiratsuka, en las afueras de Tokio, logró grabar el momento exacto en el que un meteorito chocó contra la Luna.
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El impacto, que provocó un breve destello en la superficie, fue observado en febrero. El clip con el fenómeno fue publicado en Twitter y se hizo viral esta semana.
“Como la Luna no tiene atmósfera, los meteoritos de ese tamaño son imposibles de ver desde la Tierra. Pero al momento del impacto, cuando se forma un cráter, brilla”, declaró el astrónomo. Y agregó: “Fue un enorme destello que siguió brillando durante más de un segundo”.
Los astrónomos sospechan que la depresión recién formada en la Luna por la caída del meteorito podría tener más de 12 metros de diámetro. Por otra parte, es posible que el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA pueda divisar la formación en los próximos días.
La captura de estos sucesos, además de resultar una curiosidad, tienen gran valor científico. Su observación ayuda a los científicos a conocer el ritmo de los impactos en la superficie lunar. Esto resulta aún más relevante si se tiene en cuenta que Estados Unidos y otros países se preparan para enviar astronautas a la Luna en los próximos años.
Los cráteres de la Luna
Aunque docenas de meteoritos chocan con la Tierra todos los días, la gran mayoría de ellos se queman completamente al entrar en contacto con la atmósfera. La Luna, sin embargo, tiene una exosfera -capa más externa de la atmósfera- muy tenue. Esto significa que los asteroides que la alcanzan, impactan en su superficie y crean ese aspecto tan característico, similar a un queso gruyere.
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La Luna ya cuenta con innumerables cráteres de hasta 2.500 kilómetros de diámetro. Al carecer de atmósfera, nuestro satélite está indefenso ante el constante bombardeo de meteoritos y asteroides, así como de las naves espaciales que llegan ocasionalmente, algunas de ellas estrelladas intencionadamente con fines científicos.