Desde julio WhatsApp incorporó una novedad para sus videollamadas: unirse a chats con videos grupales que ya estén en curso dentro de la plataforma. Previamente la gente sólo podía sumarse al comienzo de la charla. La novedad implica que los usuarios puedan entrar y salir a voluntad, siempre y cuando hayan sido invitados en un comienzo.
Con este cambio, el mensajero también agregó una pantalla con información que muestra quién está participando en la llamada grupal y quiénes están invitados, indicando quién no se ha unido aún. Las llamadas grupales de WhatsApp permiten hasta ocho participantes. Y hay un detalle: aunque el usuario decida en un primer momento ignorar la invitación a una videollamada grupal, podrá sumarse más tarde desde la pestaña de llamadas del mensajero.
“Con esta nueva función, si alguien no atiende la llamada cuando suena el teléfono, puede unirse igual más tarde. Además, mientras la llamada siga en curso, puede salir y volver a entrar cuando quiera”, explicó la compañía.
Los riesgos
Como con el “zoombombing”, la “invasión” de personas externas a una videollamada de Zoom, WhatsApp ahora podría correr la misma suerte: que participantes indeseados se sumen a una llamada a través de la aplicación.
“Si una persona extraña o malintencionada está en un grupo de WhatsApp, no tendrá problemas para conectarse a una llamada. Todo lo que tiene que hacer es esperar a que la mayoría de los participantes se hayan unido y entonces ingresar sin que nadie note su presencia. El intruso tampoco necesita esperar a que se inicie la llamada, ya que puede conectarse en cualquier momento”, explicó Victor Chebyshev, investigador de seguridad de Kaspersky, empresa especializada en seguridad informática.
El otro riesgo está vinculado a los ciberdelitos, ya sea mediante un malware -un virus- o una estrategia de phishing con suplantación de identidad.
“Hasta la fecha, la mayor parte del software malicioso se ha centrado en interceptar los mensajes de WhatsApp archivados y las conversaciones en línea, y todavía no hemos encontrado ninguna interceptación de llamadas, y mucho menos de llamadas grupales. Sin embargo, si un dispositivo está infectado, es muy probable que el troyano tenga la capacidad de realizar grabaciones a través del micrófono y la cámara del dispositivo, lo que permite a los ciberdelincuentes escuchar cualquier conversación, independientemente del canal de comunicación utilizado, ya sea una aplicación de mensajería o una llamada de teléfono móvil normal”, detalló Chebyshev.
Por estos motivos los especialistas recomiendan chequear que las reuniones y los chats en WhatsApp tengan activada la encriptación de extremo a extremo, para que no se pueda filtrar información que pueda ser usada por criminales informáticos.
También, para las videollamadas, es mejor armarlas con grupos de confianza y no con otros masivos, con participantes desconocidos que podrían intentar acceder a nuestra información o realizar algún tipo de ataque informático.