En 2019 WEEE Forum, una asociación internacional que representa a 40 organizaciones de gestión de residuos electrónicos de todo el mundo, instaló el día de los Residuos Electrónicos (RAAES) con la intención de concientizar sobre el impacto ambiental de los desechos tecnológicos.
De acuerdo al global E-waste Monitor 2020 de las Naciones Unidas, en 2019 en el mundo se generó un récord de 53,6 millones de toneladas de residuos electrónicos. Esto supone un aumento del 21% en la cantidad en sólo 5 años y se estima que para 2030 ese número podría alcanzar la alarmante cifra 74 millones de toneladas.
La Argentina registra un promedio de entre 10 y 12 kilos de residuos de aparatos por habitante por año, lo que representa unas 500.000 toneladas anuales, de acuerdo con el relevo de la Asociación civil Basura Cero.
Hay varias cuestiones a tener en cuenta cuando hablamos de “chatarra tecnológica”: por un lado, la contaminación que generan cuando su tratamiento es indebido (en Argentina sólo el 10% se desecha correctamente) y, por otro, lo que se descarta pero aun podría ser útil para otras usos.
Sobre este último tema vamos a hacer hincapié ya que en Argentina hay varias organizaciones que se ocupan de recibir los descartes electrónicos y convertirlos en dispositivos útiles para personas u organizaciones que no tienen acceso a la tecnología. “Se trata de reducir la brecha digital”, explica Viviana Ambrosini, directora del programa E-Basura de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Tanto el programa E-Basura como otros en el país como Proyecto Puente en Comodoro Rivadavia, se encargan de recibir la basura electrónica por parte de particulares o de empresas y reacondicionan lo que es apto para donarlo a instituciones educativas, comedores infantiles, bibliotecas populares, entre otras. En estos años, por motivo de la pandemia, la necesidad aumentó exponencialmente y programas como estos se volvieron indispensables.
¿Qué es considerado “residuo electrónico”?
Aquellos aparatos eléctricos o electrónicos que dejan de funcionar o son descartados por obsoletos. Algunos ejemplos son: celulares, computadoras y sus componentes, pequeños electrodomésticos, televisores, etc.
Para las organizaciones que trabajan en el reciclado y reacondicionamiento, lo más útil es llevar:
- Teclados y mouse
- Monitores
- CPU o notebooks
- Celulares
- Impresoras
- Cables de todo tipo (especialmente los eléctricos)
Aquello que no sirve es enviado a cooperativas o empresas que se dedican al reciclado de los componentes como plástico y metales.
En Ciudad de Buenos Aires. Podés llevar los residuos electrónicos a los Puntos Verdes.
Más información. E-Waste Monitor 2020 (Naciones Unidas).