Al momento de elegir un teclado, en el mercado es posible encontrar múltiples variantes. No sólo se trata de elegir la marca, el color o ciertos detalles como la retroiluminación. Uno de los aspectos fundamentales, sino el más, cuando se escoge uno de estos periféricos es considerar su especie: ¿es mecánico o de membrana?
Para comenzar, hay que tener en cuenta que la tecnología que está debajo de las teclas del keyboard define su especie. En su interior, estos dispositivos tienen una placa madre con circuitos y zonas delimitadas, de forma que cuando se realiza una pulsación haya un sistema que interprete qué tecla hemos presionado.
De acuerdo a lo dicho, se desprenden dos modalidades o categorías. Los teclados de membrana, que usualmente tienen teclas finas y son silenciosos; y los mecánicos, que se diferencian principalmente por tener un interruptor independiente para cada tecla. Éstos suelen estar unidos a una sección metálica, debajo de la cual está la placa madre que registra el tipeo.
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Hay que notar, además, que dentro del mundillo de los teclados mecánicos existen diversas variantes. Ocurre que los fabricantes han ideado sus propias soluciones, por lo general adaptadas a diferentes públicos. Por ejemplo, hay keyboards de esta especie diseñados para jugar videogames (ofrecen una mejor respuesta y más resistencia), y también se ofrecen modelos personalizables.
Las ventajas del teclado mecánico
Uno de los mayores beneficios de estos periféricos es que, al contar con interruptores independientes, si se rompe una tecla sólo tendrás que cambiar esa unidad. Esa característica también propicia la existencia de ejemplares que pueden personalizarse, es decir, en los que es posible montar teclas especiales en diversas secciones.
En esa misma línea, son más fáciles de limpiar. Siendo que las teclas son desmontables, es posible quitarlas y eliminar toda la suciedad que se alojó debajo de ellas.
Aunque si hay que destacar las ventajas más evidentes de estos teclados son la precisión y la rapidez. Además, los ejemplares mecánicos usualmente tienen teclas más grandes en relación a los otros modelos que se ofrecen en el mercado y por eso el tipeo resulta más cómodo, en términos generales.
También hay que mencionar lo que se conoce como “antighosting”. ¿De qué se trata? Es la posibilidad de pulsar en forma simultánea todas las teclas que queramos sin que el periférico colapse.
Finalmente, suelen ser más duraderos, un beneficio complementario a la antes mencionada posibilidad de hacer reparaciones o cambios de teclas por separado. De hecho, su resistencia es una de las razones primordiales por las que estos productos son elegidos por gamers y usuarios que tipean muchas horas al día.
Las desventajas
El que quiere celeste, que le cueste. El tradicional refrán queda en evidencia con los teclados mecánicos que, con las mencionadas ventajas, son usualmente más costosos.
Por otra parte, este tipo de keyboards hacen un ruido al que no están acostumbrados los usuarios de modelos tradicionales o de membrana. Se trata de un asunto subjetivo (nada que la experiencia y el tiempo de uso no remedie), pero que es válido anotar entre las desventajas ya que el sonido de los “clac clac” puede resultar molesto para algunos.
Por último, algunos usuarios dicen que se cansan más con esos teclados, especialmente porque las teclas suelen tener un mayor recorrido (dependiendo, claro, de cada modelo). Además por lo general no suelen ser ergonómicos. También para tener en cuenta: ocupan más espacio.
