La comunicación entre animales continúa siendo un enigma para cientos de biólogos y científicos. Pero ahora se ha dado un nuevo paso y con uno de los animales más asombrosos de todos: el león. Los científicos de la Universidad de Oxford pudieron combinar la tecnología con la naturaleza para crear un dispositivo llamado biologger, que recolecta datos de audio y permite identificar los rugidos, así poder descifrar sus significados.
Esta combinación de hardware y software se tradujo en un collar para colocarlo en el cuello de los felinos: tiene localización por GPS, detecta movimientos y graba los sonidos que producen los leones. Todos estos datos, al cruzarlos, se pueden directamente asociar al animal correcto.
Al biologger se le creó un algoritmo específico de reconocimiento de patrones para “aprender” los rugidos de cada león y luego probaron el algoritmo en secuencias que no habían visto antes para determinar si la forma del contorno en su conjunto, es una característica de distinción importante.
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¿Lo más sorprendente de estos prototipos? Demostraron una eficiencia del casi 92% en todos los casos . Este descubrimiento sugiere que la forma general de la frecuencia fundamental del contorno de rugido a pleno pulmón es consistente dentro de los rugidos de cada individuo lo que posibilita una clasificación precisa de la identidad individual.
Desde hace varios años que se sabe que estos grandes felinos pueden comunicarse entre a varios kilómetros de distancia a través de sus rugidos. Inclusive pueden avisarse específicamente cuando hay amenazas con una precisión sobre la identidad increíble. No obstante, no había manera de poder captar y analizar estos sonidos para comenzar a transcribirlos de alguna manera e ir un paso más sobre esta manera de entendimiento.
Un gran hallazgo que se supo con los biologgers los leones individuales pueden ser capaces de aprender las variaciones sutiles en la frecuencia fundamental de los rugidos de otros leones y así asociar variaciones particulares con identidades particulares. Cómo si fueran acentos dentro de un mismo idioma.
“El número de leones africanos está disminuyendo y el desarrollo de herramientas rentables para monitorear y, en última instancia, proteger mejor a las poblaciones es una prioridad de conservación. La capacidad de evaluar de forma remota la cantidad de leones individuales en una población a partir de sus rugidos podría revolucionar la forma en que se evalúan las poblaciones de leones”, indicó Andrew J. Loveridge, del laboratorio WildCRU en el Departamento de Zoología de Oxford, a la revista Bioacoustics Journals.
Por otro lado, el dispositivo permitirá la preservación de la especie tan sólo con el monitoreo acústico, si el desarrollo continúa como hasta el momento.
“Ser capaz de distinguir con precisión entre rugidos individuales utilizando algoritmos de aprendizaje automático podría facilitar el desarrollo de técnicas alternativas para evaluar la densidad de población y rastrear los movimientos individuales en el paisaje” concluyó Loverigde.
