Según los registros oficiales, la Copa disputada en tierras trasandinas dejó más de 50 lesionados. Además, dos de los encuentros disputados acabaron con expulsados y hasta con un muerto.
Considerado el mejor “wing” de todos los tiempos, Mané Garrincha es uno de los ídolos más grandes de la historia de Brasil pero tuvo una muerte impactante.