El lunes, a Tatiana Schapiro un taxista la chocó mientras estacionaba en la puerta de su trabajo. Eran las 11 de la mañana y el auto, que iba rápido y marcha atrás, embistió su vehículo en Fitz Roy al 1400. El taxista no solo no se bajó, sino que se escapó. La periodista le sacó una foto y compartió la imagen en Twitter. El efecto fue inesperado: cientos de seguidores la ayudaron, le pasaron información sobre las multas y deudas que tiene el dueño y hasta logró que Juan José Méndez, el secretario de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires, se comunique con ella.
Schapiro contó que llamó a la compañía con la que trabaja el conductor, Radio Taxi Aló, y le prometieron pasarle los datos del móvil 542, patente OOZ 034 que la chocó. Todavía no cumplieron.
Al taxi que me chocó, me rompió el auto, el cuello y se escapó pasando semáforos en rojo le mando un besote. pic.twitter.com/0zggYpwmN0
— Tatiana Schapiro (@tati_schapiro) 7 de noviembre de 2016
Cuando tuiteó la foto del auto y contó lo que había pasado, la publicación se viralizó y le llegó mucha información. Se enteró, por ejemplo, que el taxi pertenece a la mandataria Russelcarr y que el chofer tiene multas por casi $23 mil sólo en Capital en el último año. “Luz roja, exceso de velocidad, mucho celular; ¿por qué una persona con ese historial está manejando un transporte público?”, se quejó. También, dijo que llamó a Russelcarr y que le aseguraron que si comprobaban que la denuncia era cierta ellos mismos denunciarían al chofer. Tampoco pasó nada todavía.
Desde Twitter llegó otro dato: el conductor que Schapiro no logró identificar debe además $5.465,06 de patente por los períodos junio 2015 y febrero, marzo y mayo 2016. “Sigo sin saber quién me chocó y dónde está asegurado su auto pese a que me contacté con las dos empresas con las que tiene relación contractual. No estoy grave. Mi auto no está destruido y mi hija -gracias a Dios- no estaba conmigo”, relató.
Quizás lo que provocó que las redes exploten fue la empatía y el dejavú que sintieron muchos usuarios. Tatiana aclaró mediante una columna en el sitio Infobae que, tras el accidente, solo sufrió una rectificación cervical y se preguntó: “¿Por qué nos acostumbramos a festejar que las desgracias son con suerte? La chapa de un auto se arregla, el celular que te roban en una esquina se vuelve a comprar y casi sin darnos cuenta agradecemos al Espíritu Santo cuando a un familiar le pusieron un revólver en la cabeza para robarle sin que 'pase a mayores'. Es raro cómo nos alegramos de las cosas que están mal. Debemos ser optimistas por naturaleza”.
