No puede usar su nombre real y oculta su cara. Tuvo que pedir una restricción perimetral para que su abusador no la hostigara. Es mamá de un adolescente y sostén de hogar. Fue abusada sexualmente por su superior, un suboficial de la Marina y no encontró respaldo ni siquiera en la oficina de Políticas de Género, donde la acusaron de ser responsable y no víctima. "¿Vos lo sedujiste? ¿Cómo estabas vestida? Porque tenés pechos muy grandes", le dijeron.
El hombre no fue sancionado a pesar de haberla atacado cuando la convocó a trabajar fuera de horario, le encerró y le dejó moretones. "Mis fuerzas no eran las mismas que las de ese monstruo" dice. La mujer no puede superar el drama que vivió y explica angustiada: "Ver un uniforme me causa miedo, temor, terror, pesadillas. Ese uniforme que usé tantos años hoy me da miedo".
Su reclamo encontró respaldo en el Ministerio de Defensa. Un juez había dictado la falta de mérito, pero ahora la causa avanza.
La autora de la desesperada carta está por dejar la casa que tiene en un barrio de la Armada, en Ushuaia, por consejo de su psicóloga. "Quiero irme lejos de los militares. No quiero volver a la depresión, no quiero volver a ese pasado oscuro del que me costó salir", explica.
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La carta abierta que publicó la víctima en Facebook
A vos que abusaste de mi y a tus cómplices les quiero decir:
Me quitaron la sonrisa, me quitaron la alegría, me quitaron mis derechos.
Me quitaron la identidad.
Ahora debo usar un nombre de fantasía.No puedo sacar una foto sonriendo por no exponerme públicamente. Ninguno se puso a pensar quésiente mi corazón herido, destruido por la maldad de un hombre y de sus cómplices.
Ver un uniforme me causa miedo, temor, terror, pesadillas. Ese uniforme que usé tantos años hoy me da miedo.¡A mi me dañaron ustedes! El hombre que abusó de mi y sus superiores de la Armada Argentina.
Hoy no puedo salir a la calle a pasear a mi perro, no puedo salir con mi hijo de paseo... ¿Saben por qué? Mi vida es un infierno,tengo ataques de pánico. Siento que me voy a morir de angustia. Traté de ser fuerte pero mi corazón aún está herido cuando recuerdo todo lo que viví.
Me pregunto ¿por qué a mi? ¿Por qué? ¿Por qué esa basura me acosó, abusó de mi, se ensañó conmigo? ¿Por ser mujer? ¿Por ser joven? ¿Por ser tímida? ¿¿Por ser sumisa? ¿Por qué a mi? Me duele aún más la impunidad. Ahora solo espero que la justicia me de un consuelo que me ayude a ser libre. Tengo el cuerpo sucio, los sentimientos dañados. Quiero ser la de antes, la mujer feliz, alegre, iluminada que fui.
