Los vecinos de la villa 21-24 del barrio porteño de Barracas tienen muchas necesidades. Desde el año 2000, plena crisis previa al crack de diciembre de 2001, una familia armó un comedor en el living de su casa. Al pasar el tiempo, cada vez fueron más los chicos que fueron allí para poder comer. Telenoche fue hasta ese lugar no solo para mostrar la manera en la que viven sino para comprobar algo más: un tren pasa por el medio del barrio y pone en peligro a todos sus habitantes.
Se trata de un tren de carga del Roca, que lleva mercadería de Loma Negra. Muchas de las personas que hablaron con Martín Ciccioli confirmaron que a veces gente de seguridad frena a los autos que pasan, pero otras veces no. "Cada vez que pasa el tren tenemos que salir corriendo porque tenemos miedo que se lastime un chico. El tren arrasa con todo y pasa. Por más que tenga seguridad no avisan", contó la mujer encargada del comedor.
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La vecina comentó que nunca pudo cerrar el comedor porque la situación económica "está cada vez peor". En 2001 daba 30 raciones de comida y ahora da 300. Por eso, al haber tanta gente y muchos chicos, es muy peligroso que los vagones circulen por allí. "Tenemos que andar con veinte ojos por el tren. Deberia ir a paso de hombre, pero no", agregó.
Otra situación riesgosa tiene que ver con los automovilistas. Como no hay demasiadas vías laterales para circular, los autos toman la calle donde están ubicadas las vías para andar. Así, muchas veces, tienen que subir la velocidad para que el tren no los pase por arriba. "Tenemos rejas para que los chicos no salgan", se preocupó otra vecina.
Una de las mujeres que vive en la zona también contó que todos los días tiene que estar atenta para que el tren no le provoque un accidente a sus hijos. Según relataron varias personas, el peligro es permanente.
"Por acá salen todos los chicos al colegio. Allá está la plaza. El tren para por acá igual. No para. Una vez vine con mis cuatro hijos al comedor. Uno se me escapó y cuando lo fui a rescatar, el tren me lastimó. Tengo una herida en la pierna. La gente está acostumbrada a esto, pero es muy peligroso", relató una de las vecinas.