El Papa Francisco pidió perdón durante su visita en nombre de la Iglesia, “por los daños irreparables” a las víctimas de abusos sexuales de sacerdotes. “No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza; vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”, dijo en medio de los aplausos en el Palacio de La Moneda. Mientras tanto, una agrupación de víctimas de curas pedófilos, Rete L´Abuso, le presentó una queja formal a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, por haber recibido al Sumo Pontífice.
En el marco de su gira, Francisco sostuvo que desea “unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que esto no se vuelva a repetir“.
La agenda de Francisco en suelo chileno no incluye, sin embargo, reuniones con ninguno de los numerosos afectados por los ataques y acosos de sacerdotes pedófilos. Varias son las acciones que las víctimas y asociaciones que los representan tienen programadas durante la presencia del Pontífice, a quien acusan por lo menos de ser cómplice de los encubridores.
Una carta abierta dada a conocer hace algunos días y firmada por víctimas de abusos, activistas e intelectuales chilenos y peruanos reclamaban al Papa que durante su visita a ambos países atendiera el tema de los abusos cometidos por el clero; y le pidieron mayor dureza para combatir esos crímenes "execrables" dentro de la Iglesia.
Protesta formal
En el consulado chileno en Mendoza, el abogado Carlos Lombardi, representante de la organización Rete L´Abuso, que denuncia crímenes sexuales cometidos por integrantes de la Iglesia Católica en Italia y el Vaticano, y de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina, presentó una protesta formal por la presencia de Francisco en el país vecino.
Ninguna víctima quiere mostrarse funcional a una Iglesia que se muestra dialogante pero al final no hace nada.
En el texto se pide al Gobierno chileno que inste al Papa a cumplir con las exhortaciones urgentes de las comisiones de las Naciones Unidas, que controlan la aplicación de la Convención Internacional de Derechos del Niño, y la Convención contra la Tortura. Y, en ese sentido, solicitaron "extirpar de raíz el flagelo de los ataques sexuales del clero católico". Además, calificaron a la Santa Sede de "incumplidora serial de derechos humanos que afectan a las personas abusadas por el clero católico" y la acusaron de "abuso de poder, ocultamiento de información y denegación de Justicia".
Como ejemplo del encubrimiento, mencionaron precisamente un caso de gran repercusión en Chile, el del cura Karadima, que afectó a cientos de feligreses menores. "No han obtenido reparación alguna por los aberrantes hechos", cuestionaron en el escrito. Por lo tanto, señalaron que "la presencia del Papa en Chile representará un altísimo agravio a las víctimas y una revictimización".
Entretanto, la Fundación para la Confianza, de la que forman parte víctimas de Fernando Karadima, sacerdote acusado, realiza un seminario llamado “Abuso sexual en contexto eclesiástico: desafíos para la prevención, detección, intervención y acompañamiento a víctimas”, al que asiste como expositor George Saunders. El británico, que fue abusado sexualmente desde los 8 a los 13 años por un profesor de una escuela católica y dos sacerdotes, integró la comisión que en 2014 se constituyó en el Vaticano para investigar y terminar con la pedofilia dentro de la Iglesia. Poco después, fue invitado a tomar una licencia y finalmente renunció luego de declarar que Francisco "no había hecho nada para terminar con la pederastia" y que él era "parte del problema".
Su compañera en la comisión, la irlandesa Marie Collins, lo siguió poco después, convencida de que en el cuerpo colegiado creado por Francisco"hay resistencia" a cumplir con las recomendaciones del propio pontífice. Collins fue abusada sexualmente por un capellán en un hospital a los 13 años. Al retirarse, menos dura que Saunders contra el Papa, dijo que hay "una resistencia cultural" en el Vaticano que impide ir contra los curas abusadores.
Se hicieron con anticipación gestiones para una reunión de víctimas con Francisco.
Lombardi sostuvo que se hicieron con anticipación gestiones para una reunión de víctimas con Francisco, pero que tiene entendido que no fueron respondidas o que la respuesta fue negativa. "La Iglesia no acepta reuniones con las víctimas que hacen un reclamo concreto. Escuchan, pero al final no hacen nada. Ninguna de las víctimas quiere ser funcional con una Iglesia que quiere mostrarse dialogante pero no genera cambios efectivos. Se hicieron en este caso algunos sondeos sin embargo, se intentó un acercamiento", explicó.
Por otro lado, el abogado Juan Pablo Gallego, que intervino en el caso de Julio César Grassi como representante del Comité de Seguimiento de los Derechos del Niño, opinó:" Que sobrevuele la Argentina exigiendo en inglés que recemos por él- dijo, refiriéndose a Francisco-es una nueva desilusión. Un gesto de poder y una nueva señal que convalida la conducta de los curas pederastas.Ojalá que Francisco pueda rezar él por las víctimas del cura Grassi, a las que nunca quiso recibir ni escuchar. Ojalá que haga un pedido público de perdón y que reduzca a laico al monstruo que depredó a los niños que debía amparar".