Para Mark Greenaway es una decisión límite. El chef, uno de los mejores de Escocia, piensa que su restaurante tendría que cerrar las puertas si no toma medidas urgentes. En el último mes, más de 450 personas cancelaron sus reservas a último momento, una costumbre que -como a muchos otros restaurantes- lo perjudica económicamente.
Ubicado en Edimburgo, su restaurante lleva su propio nombre y suele aparecer en todas las listas que reúnen los mejores lugares para comer en Escocia. Pero no puede huír de una molesta costumbre moderna: mucha gente hace reserva y luego, sencillamente, no aparece. Algo que no es suntentable para un pequeño restaurante de 42 cubiertos como el de él.
Según adelantó en sus redes sociales, piensa cobrarles 30 euros a quienes cancelen reservas para almuerzos y 50 a quienes lo hagan para la cena, con menos de 24 horas de anticipación.
La decisión fue aplaudida por otros chefs y también por clientes. "Creo que esto desalentará a las los comensales que reservan en dos o tres lugares al mismo tiempo y a último momento deciden a cuál ir. Esta actitud debe parar, y debe parar rápido", escribió.