Debido a que constituye uno los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, reducirán entre un 5 y un 18% el contenido de sal, en forma progresiva, en los productos cárnicos y sus derivados, los farináceos, los lácteos, las sopas, los aderezos y las conservas que se produzcan en la Argentina.
La iniciativa será suscripta el miércoles por los Ministerios de Salud y de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación con la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL).
La sal constituye uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, una afección que representa el 48 por ciento de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles, que anualmente causan la muerte de 36 millones de personas en el mundo.
De acuerdo a proyecciones de la cartera sanitaria nacional, la reducción de 3 gramos de sal en la dieta salvaría unas 6.000 vidas anuales y evitaría aproximadamente 60.000 eventos cardiovasculares y ataques cerebrovasculares (ACV) cada año.
En la Argentina se estima que el consumo diario de sal por persona es de 12 gramos, por lo que el objetivo de este acuerdo tiene por objetivo promover la reducción de este producto a partir de un trabajo conjunto entre el Estado y la Industria Alimentaria para alcanzar, en 2020, la meta de los 5 gramos, según la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El acuerdo, que se firmará el miércoles, determina que el sector industrial de alimentos disminuirá de manera voluntaria y progresiva el contenido de sodio en cuatro grupos de alimentos: los productos cárnicos y sus derivados -entre los que se encuentran chacinados cocidos y secos, y embutidos y no embutidos-; los farináceos como galletitas, panificados y snacks; los lácteos, incluyendo una gran variedad de tipos de quesos; y las sopas, aderezos y conservas.