El periodista y escritor Rogelio Carlos García Lupo, considerado uno de los grandes maestros del periodismo de investigación, murió anoche a los 84 años en una clínica porteña.
"Pajarito" -como lo llamaban sus colegas- participó durante más de seis décadas en decenas de publicaciones de actualidad locales y extranjeras, entre ellas la agencia cubana de noticias Prensa Latina (Prela), donde trabajó junto a Gabriel García Márquez y Rodolfo Walsh.
Culto, afable, irónico, cultivó un estilo de sabueso metódico que le dio fama de ser un seguidor constante de temas. Cuando aún no existía la computadora, recopilaba artesanalmente cientos de recortes en cajas.
*García Lupo junto a Rodolfo Walsh.
García Lupo nació en Buenos Aires en noviembre de 1931 y llegó al periodismo a través de la militancia política, en su caso el paso juvenil por el nacionalismo, del que nunca renegó.
En un documental filmado por uno de sus cuatro hijos, Santiago García Isler, "A vuelo de Pajarito", evoca el ambiente familiar durante los años de la Segunda Guerra Mundial, con simpatías por el Eje, y también su paso por la Alianza Libertadora Nacionalista cuando cursaba el secundario en el colegio Roca de Belgrano.
A VUELO DE PAJARITO from Santiago García Isler on Vimeo.
Sus primeras colaboraciones periodísticas fueron publicadas en 1953 en "Opinión Económica" y en "Continente". Tras la caída del peronismo pasó por "Noticias Gráficas" y, en 1957, por la revista de actualidad "Qué".
Poco después partió a Cuba junto a Rodolfo Walsh y Jorge Ricardo Masetti para fundar en los primeros meses de la revolución de Fidel Castro la agencia Prensa Latina (PreLa), la primera en transmitir su servicio internacional en español.
De aquel período recordaba la cobertura de la frustrada invasión a Playa Girón, la efervescencia revolucionaria y sus conversaciones con el Che, quien lo visitada cuando era jefe de turno de la madrugada para tener las ultimas noticias y tomar unos mates.
El idilio concluyó en 1961 cuando, tras el acercamiento de Castro a la URSS, Masetti dejó la conducción de la agencia para convertirse en el primer guerrillero guevarista del continente; Walsh volvió a Buenos Aires y García Lupo marchó de corresponsal a Guayaquil y a Santiago de Chile.
Tras su regreso a la Argentina, fue gerente de la editorial universitaria EUDEBA, colaborador de la revista "El Periodista" y del diario Clarín, de donde se retiró para escribir sus últimos libros -"Últimas noticias de Perón y su tiempo" (2006) y "Últimas noticias de Fidel y el Che" (2007) y sus memorias, que quedaron inconclusas por su enfermedad.
En los últimos meses sufrió sucesivas internaciones y un cuadro de deterioro físico que lo mantenía postrado y virtualmente sin conocimiento.