Estar por primera vez en un Mundial de Fútbol es una experiencia única para cualquier persona. No sólo hace falta dinero, también hay que tener ganas de salir a experimentar cosas distintas lejos de casa. Agustina Murúa no lo dudó. Tras perder la oportunidad de estar en el Mundial de Brasil, esta profesora de educación física de 24 años se animó y decidió emprender uno de los viajes más importantes de su vida: ver a la Selección Argentina en San Petersburgo, en el tercer partido del grupo D contra Nigeria, bien lejos de su casa en San Nicolás de los Arroyos (Buenos Aires).
Tras ganar experiencia en viajes a dedo en 2015 y viajar a los Juegos Olímpicos de Río 2016, Agustina aprovechó un pasaje barato a Dinamarca (con escala en Londres) para iniciar su viaje por toda Europa hasta la Copa del Mundo.
“Yo quería ir a Brasil 2014, pero tenía poca plata. Todo el mundo me tiró la negativa. Como nunca había viajado sola, no fui. Al año siguiente tomé coraje y empecé a viajar como mochilera por primera vez a Machu Picchu. Después fui a los Juegos Olímpicos de Río, a través de la aplicación de Couchsurfing que te permite quedarte en la casa de otras personas y aprendí mucho de toda la comunidad de mochileros por internet”, cuenta Agustina en diálogo con TN.com.ar. Ella está ahora en Estonia, muy cerca de la frontera con Rusia. “Después de Río, fue cuando prometí que en 2018 el objetivo iba a ser Rusia. No me importaba cómo. Yo tenía muy en claro que iba a estar en el Mundial.”
El viaje de Agustina lleva ya dos meses de recorrido por Inglaterra, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Estonia. “La experiencia de hacer dedo en esta parte de Europa es increíble. Solamente una vez, tuve que esperar cuatro horas en una estación de servicio en el norte de Finlandia porque la gente hablaba poco inglés. Me costó mucho encontrar a alguien que me alcanzara hasta que encontré a un hombre que iba al mismo lugar que yo. El tramo de Noruega lo hice casi todo en camión. Los camioneros fueron muy generosos, muy buenos conmigo, muy respetuosos”.
Pero no siempre se encuentra a un conductor que vaya hacia el mismo lado que uno. “En un tramo de 300 km es muy probable que necesites unos cuatro o cinco autos, es muy raro encontrar a alguien que vaya directo”, cuenta.
¿Qué llevas en tu mochila?
Siempre tengo algo de comida porque no sabés cuánto tiempo vas a esperar en la ruta. Tengo la carpa por si tengo que pasar la noche al aire libre. Pero a veces no llego a comer las cosas que tengo porque otros mochileros me compran la comida. La gente es muy hospitalaria, mucho mejor de lo que las personas creen.
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¿Cómo hacés para solventar los gastos del viaje?
Una amiga de Chile me enseñó en un viaje a Colombia a hacer pulseritas macramé que tejo a mano. Con las pulseritas voy al centro, con mi bandera argentina y mi remera de Messi y las vendo a un euro cada una. La gente me ayuda.
Agustina se muestra siempre decidida a cumplir su objetivo, aún cuando vivió algunos momentos difíciles como mochilera. En Londres, un “bicichorro” le robó el celular. “Pasó un chico, me agarró del brazo y me sacó el teléfono. Fue bastante violento. Lo corrí tres cuadras. Unas chicas de Inglaterra me ayudaron pero la policía nunca vino. Entré en pánico, pero por suerte pude conseguir otro teléfono celular para hablar con mi familia, usar Google Maps y poder contactarme con las personas que me dan alojamiento durante el viaje” .
¿Cuándo pensás que vas a llegar a Rusia?
El 3 de junio. El 4 tengo que retirar mi entrada y el Fan Id a la entrada del partido contra Nigeria, en la última fase de venta de la FIFA. Fue un sufrimiento conseguir una entrada. Lloré de la emoción cuando el sitio me dio el OK. Me gustaría ver otro partido, pero están bastante caras las entradas de reventa. Si Argentina llega a jugar la final, no sé qué voy a hacer. “Entro volando” al estadio. Lo que sea.
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En su cuenta de Instagram, Agustina comparte gran parte de su día a día por las rutas de Europa, con recomendaciones para otros mochileros que están buscando cumplir su sueño de ver a la Selección en Rusia. “Lo que yo puedo decirles es que nunca bajen los brazos, la gente colabora mucho. Mente positiva y para adelante”.
Faltan 21 días para el Mundial pero para Agustina, el fútbol fue la gran excusa para una experiencia inolvidable. Y que vale la pena vivirla.