Ella tenía 23 años, él 14. Se conocieron cuando los padres del adolescente la contrataron para que fuera a darle clases de apoyo a su casa de la localidad de Palmira, en Mendoza, y se enamoraron. Tuvieron una hija, convivieron pero cuando la mujer decidió separarse y rehacer su vida con otra pareja, la familia del chico la denunció por estupro. Ayer la Justicia consideró que era inocente de ese delito y la absolvió.
El proceso duró dos años. La maestra fue primero detenida y al poco tiempo beneficiada con la prisión domiciliaria porque estaba embarazada de su nueva pareja. De haber sido encontrada culpable podría haber recibido una pena de 3 a 6 años de cárcel pero jugó a su favor que el alumno fuera "maduro sexualmente" y el consentimiento de su familia mientras duró la relación.
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"Son dos familias amigas", señaló a TN el fiscal de la causa, Oscar Sívori, y remarcó: "El abuelo del chico lo impulsó para que 'aproveche la situación'". En ese sentido, tuvo en cuenta el resultado también de los estudios psicológicos y concluyó en que no hubo un "aprovechamiento de la inexperiencia sexual" del menor. "No fue engañado", sentenció.
El fiscal destacó que la maestra y su alumno convivieron durante un año en la casa de él con el aval de su familia y que la denuncia, una vez que la mujer lo dejó, parece una reacción de despecho frente al enamoramiento que todavía sigue sintiendo el menor por ella. "La ley no puede encargarse de lo que hacen las personas con sus emociones", manifestó Sívori al fundamentar la absolución.