El 10 de diciembre de 2015, Mauricio Macri recibía el bastón y la banda presidencial de manos de Federico Pinedo. En primera fila, vestida de blanco, estaba su mujer, Juliana Awada que se convertía en ese mismo momento, en la primera dama de la República Argentina. "Jaime Durand Barba dice que lo que tranquiliza a los electores del Pro es que ella no sea Cristina Kirchner. Que no haya un doble comando, que no estén cogobernando. Valoran que sea una mujer a la antigua, que acompaña al marido sin competir el espacio político con él. El asesor de Macri dice que 'Perón Perón, fue una mala experiencia, el pingüino y la pingüina también terminó mal', y eso no va a pasar con Macri y Awada", afirma Franco Lindner, autor del libro "Juliana" a TN.com.ar.
El periodista cuenta cómo funciona la pareja presidencial: "Nadie la ve en la política, pero es fundamental como consejera dentro del hogar para Macri. Le da muchísima bolilla en las decisiones que toma. Ella tiene poder de veto, si un funcionario no anda bien con Juliana Awada, está en problemas. La vicepresidenta Gabriela Michetti es, en buena medida, gracias a que Juliana lo convenció a Mauricio cuando la mesa chica del Pro había decidido ya casi unánimemente que Marcos Peña tenía que ser el vicepresidente. Todo fue obra de que lo convenció entre la noche y la mañana que Michetti tenia que ser la vicepresidenta".
El pasado de Juliana
"Juliana viene de un hogar donde no siempre hubo plata. Los Awada se enriquecieron en los años '90, durante el gobierno de Carlos Menem. Cuando era niña, vivía en Villa Ballester. En la adolescencia, ya se habían mudado a Núñez como una familia de clase media alta con privilegios. Ella tiene esto del ascenso social marcado a fuego", indica el autor.
En su libro, Lindner también habla de la historia de amor entre la primera dama y el Presidente."Se conocen en un gimnasio de Barrio Parque. Mauricio le cuenta a su amigo Martín Seefeld que la había conocido y el actor le cuenta que Juliana es amiga de su mujer. Organizan una cena en la casa de la pareja amiga, Mauricio se olvida de pedirle el celular, se lo pide a Seefeld, se lo pasa y ahí empieza la historia en un momento en que ella todavía estaba con el falso conde (que investigué en el libro que en realidad no era un conde ni su marido) y Macri estaba con Malala", indica el periodista.
