Pensamos que nunca iban a salir de la década de los noventas, que iban a quedar encerradas en un capítulo de Seinfeld y que los millennials jamás les darían una oportunidad. Obviamente nos equivocamos. Las zapatillas feas -horribles, en algunos casos- son una de las tendencias que pisan fuerte de 2018.
Se ve en las pasarelas, pero también son un sello del street style, como se vio recientemente en París, durante la Semana de la Moda. De apariencia aparatosa, las influencers las contrastan con looks sofisticados o las combinan con otras prendas que se imponen como los tapados oversized y los bolsos de red.
Algunos señalan a Balenciaga, como la responsable de este inesperado revival, con la creación del modelo Tripe S (agotado online). Louis Vuitton, Gucci y Ganni también tienen sus versiones de "ugly trainers" cuyo precio ronda los 700 euros. "Lo feo es lo nuevo lindo", es el lema de las zapatillas deportivas de lujo.
Indiscutiblemente virales, las tiendas masivas como Zara ya están lanzando pares más ATP para todas las abanderas al feísmo.
En versiones street style
