Quién no cede a las delicias y la magia de un buen masaje descontracturante, acompañado de un acicalamiento. Y si eso, además, consta de otras ventajas, como ser un proceso para remover suciedad y células muertas, mucho más beneficioso para cualquier individuo.
En el reino animal, sucede algo de esto.
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En el centro de animales marinos de las islas Ogasawara en Tokio, se ve a uno de los cuidadores con cepillo en mano, limpiar a una tortuga con movimientos acompasados.
Esta acción que muestran las imágenes, causa simpatía porque puede adivinarse que este reptil disfruta y se relaja. Al menos eso parecen indicar sus ojos, que se le entrecierran al tiempo que se estira aprovechando los rayos de sol.
Sin embargo, no es precisamente un momento de “spa” a lo que se está enfrentando la tortuga, aunque eso parece si se desconoce por qué se le hace este tratamiento.
Lo que realiza el cuidador forma parte de las acciones necesarias antes de ser lanzada al océano y es de vital importancia para su bienestar.
Es que la institución asiática acoge y rehabilita tortugas marinas heridas o enfermas y también ayuda a las crías desde que salen del huevo hasta su liberación a la vida silvestre.
Una de las funciones primordiales que cumple el equipo de este centro de investigación y conservación con estas especies, es la de eliminar el exceso de algas y suciedad para que tengan menos probabilidades de enfermarse.
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El proceso de desinfección, en este caso, abarca a un grupo de ejemplares verdes. Ellas tienen casi un año de vida y quedan totalmente listas para ser ingresadas al mar. Las últimas jornadas, antes de ser devueltas a su hábitat, son dedicadas precisamente al cepillado.
Desde el centro marino cuentan que esta actividad que aparenta ser de mimos y relajación, es, en cambio, una acción de limpieza muy necesaria para estas tortugas, ya que la acumulación de algas y otros desechos puede provocar enfermedades en su piel. Por este motivo, es fundamental hacer la misma tarea de acicalamiento en sus caparazones con frecuencia. El marrón y el verde que se ve en ellas es una mezcla de algas y escamas de agua, que debe ser eliminada con asiduidad.
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Ya en su entorno natural, estos bellos ejemplares harán este proceso a través de “estaciones de limpieza administradas por peces” de manera de valerse por sí solos y limpiar sus extremidades.
