Las suculentas se ganaron un lugar en los hogares por su resistencia, bajo mantenimiento y estética particular, con hojas carnosas y tonos azulados o grises que aportan un toque verde a cualquier ambiente.
Sin embargo, según José González, especialista en plantas del proyecto Jardines con Vida, hay un error muy común que puede poner en riesgo su salud: eliminar la pruina.
“Cuando vemos una suculenta con un tono blanquecino o azulado, no está sucia: esa es su protección natural”, explica González.
Leé también: Ignacio Guio, experto en plantas: “Sembrar la semilla de palta en agua tiene tres problemas”
¿Qué es la pruina?
La pruina es una capa cerosa o polvosa que recubre las hojas y cumple funciones vitales: protege del sol, evita la pérdida de agua, previene la acumulación de polvo y disminuye el riesgo de pudrición al impedir que el agua se adhiera directamente al follaje.

Limpiar estas hojas con paños húmedos, productos abrillantadores o frotándolas con los dedos puede ser fatal, advierte González. Una vez eliminada la pruina, no se regenera: esto deja a la planta vulnerable y afecta su característico acabado mate o glaseado.
Para quienes quieren mantener sus suculentas impecables, González recomienda técnicas seguras:
- Retirar polvo con un pincel de cerdas suaves o una pera de aire.
- Rozar apenas los bordes con un paño seco o papel de cocina.
- Usar agua destilada en caso de manchas persistentes.
También aconseja evitar cualquier tipo de abrillantador o aceite que pueda obstruir los poros de la planta y afectar su respiración natural.
Leé también: Álvaro Pedrera, experto en plantas: “Evitá los errores que comete el 90% de la gente”
“Con pequeños cuidados y sin interferir con su capa protectora, las suculentas pueden lucir hermosas durante mucho tiempo”, concluye José González.



