La solemnidad que proyectan las tapas de la revista Vogue tomó su propia forma en las noches porteñas, donde el centro de atracción es la movida conocida como "voguing". ¿De qué se trata? Es un tipo de baile que parte de las poses de las modelos que estuvieron en la portada de la revista y que, redefinidas, se convirtieron en un estilo que tiene hasta su propia competencia.
Más que de ganar, se trata de sentirse libre. Entre las DJs que tocaron en una fiesta del sábado por la noche, tres drags queens hacían un show de voguing. Ahí asoma otra tendencia que se entrecruza. Las drags con personas que se disfrazan, aunque ellas prefieren decir "montarse" de mujeres. No tiene nada que ver con la identidad de género, sino que es algo performático, un hecho artístico. Es un error confundir las drags con las trans.
"El voguing es un estilo de danza urbana, que está en auge y que juega con las poses", cuenta una de las artistas sobre este fenómeno que nació en la década de los 80 en Harlem, Nueva York, en la comunidad queer afro y latina. Se juntaban en casas, desfilaban por pasarelas en un principio imaginarias, y resaltaban la femineidad con pasos muy sutiles. Algo que también usaban las drags queens, porque montarse también implica exagerar los rasgos femeninos. Cerraba por todos lados. Por eso es que el voguing y las drags se llevan muy bien.
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La danza tiene tres pasos básicos
Duckwalk: De alguna manera imita el caminar de un pato, la persona está en cuclillas y avanza en la pasarela.
Catwalk: Es el estereotipo de caminata de pasarela pero exagera el movimiento de las piernas una sobre la otra mientras mueve las caderas de lado a lado.
Manos: Tienen un rol central en la danza, acompañan el movimiento de manera exagerada. Acompañan la pose.
Además de las fiestas, es posible encontrar Ballrooms: competencias abiertas al público. Se marca un rectángulo en el piso y cada persona se anota para participar en las diferentes categorías.
Se puede competir en "pasarela", estilo libre y lip sync (playback de canciones). Hay una drag que anima, un jurado que decide y el público que celebra cada paso. Los trajes son espectaculares, hay mucho pero mucho glitter y sobre todo mucha libertad y pocos prejuicios.
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Esta movida ya fue retratada por el lente del documentalista Jennie Livingston en Paris is Burning; y también por la serie Pose dirigida por Ryan Murphy.
Primera clase: Drag Queen
Los drag queen son artistas que se personifican y transforman en una mujer normalmente caricaturesca, exagerando las cualidades estéticas y rasgos asociados a la feminidad, mediante la utilización de vestuario, peinados exuberantes y maquillaje, con el fin de entretener a una audiencia. Son actores, generalmente hombres, muy dedicados a su arte.
En Villa Crespo hay una escuela en la que podés cursar tres años y te recibís de drag queen. Tal es el caso de Matías, que tiene 12 años haciendo de drag y le contó a TN.com.ar que, dentro de los lugares más extraños en los que trabajó como tal, fue una isla. También animó eventos en quintas para jubilados. "Les gusta el quilombo", señaló entre risas.
"Tenés que tener mucho valor, ganas de atreverte a todo", dijo Elisa, una alumna de Rafael Calzada que es drag desde hace solo tres meses. "Se debe ser inteligente para captar la mayor cantidad de miradas posibles", dijo uno de los instructores. También explicó que durante lo que dura el curso se explican cuestiones relacionadas al negocio, como la forma de cobrar los trabajos.
