El represor de la ESMA Gonzalo "Chispa" Sánchez ya se encuentra en Puerto Iguazú, y se espera su llegada a Buenos Aires en horas de la noche. Cuando descendió de la nave que lo transportó desde Brasil, fue sometido a un estricto protocolo preventivo debido a la pandemia de coronavirus: lo desinfectaron dentro de una pelopincho en plena pista. Se espera que se lo mantenga en estricto aislamiento, teniendo en cuenta la virulencia del brote en el país de procedencia.
El juez Rodolfo Canicoba Corral autorizó a la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del departamento Interpol de la Policía Federal la conformación de la comitiva que viajó a recibir al exmiembro de la Prefectura, arrestado el 11 de mayo.
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Ese día, Interpol lo localizó en un área conocida como Sertao do Taquari, en la región de Paraty, cerca de la Sierra de Bocaina, en la frontera entre los estados de Río y de Sao Paulo. Los policías enviados al lugar lo vieron salir de su casa, lo abordaron de inmediato y lo detuvieron. Sánchez no se resistió.
Se encontraba acompañado por uno de sus hijos. El hecho de ser padre de un ciudadano brasileño no es un impedimento para su extradición a la Argentina, que ya había sido autorizada por el Supremo Tribunal Federal de ese país.
Fue trasladado a la delegación policial de la ciudad de Angra Dos Reis, donde ya había sido apresado en el 2013. Pero como se le facilitó el arresto domiciliario, se fugó en el 2016, mientras se trataba judicialmente su posible extradición. En enero de este año, el superior Tribunal volvió a pedir su detención con fines de repatriarlo a la Argentina.
Del secuestro de Walsh a la apropiación de bebés: historial de un represor
Sánchez figuraba entre las alertas rojas de Interpol, acusado del secuestro del periodista y escritor Rodolfo Walsh y de ser partícipe en la apropiación del bebé de la familia Rubel.
Trabajó como ingeniero naval en un astillero durante sus años en Brasil, donde vivía desde hacía por lo menos veinte. Se mudaba frecuentemente de ciudad: antes había residido en Cabo Frío.
En la Argentina, había sido declarado persona no grata en la provincia de Río Negro. Fue detectado mientras se desempeñaba como armador en la industria pesquera, en San Antonio Oeste, donde se jactaba de haber participado en la represión ilegal.
Originario de un barrio popular del norte del conurbano, donde participaba de una murga en su juventud, se unió a la Prefectura Naval -en aquella época dependiente de la Marina- y fue integrante desde 1976 y hasta principios de 1979 del grupo de tareas que funcionaba en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Era enlace entre la Prefectura y la Armada. Su nombre de guerra era "Chispa" u "Obdulio", y los sobrevivientes lo recuerdan con una camisa escocesa, jeans y rostro siempre bronceado. Llevaba el pelo lacio largo, y "se hacía el amigo", según relatan, y en ocasiones tocaba la guitarra.
Aunque su puesto de trabajo tenía base en el área de la Planta Baja del Casino de Oficiales conocida como El Dorado, donde estaba destinado al grupo de Operativos que planificaba y ejecutaba los secuestros, "Chispa" bajaba con frecuencia al sótano. Allí un grupo de prisioneros y prisioneras era obligado a trabajar en tareas de mantenimiento y de falsificación e impresión de documentación, credenciales y hasta diplomas universitarios. También se producían audiovisuales de propaganda de la dictadura.
El represor reveló en conversaciones con algunos de los prisioneros que en un principio, el grupo de tareas tenía otros métodos para deshacerse de los cuerpos de los desaparecidos, pero que finalmente se decidieron por los vuelos de la muerte. Desnudos, les inyectaban un tranquilizante, los envolvían en una lona y los arrojaban al agua desde aviones. En los primeros tiempos, sin embargo, los quemaban dentro de autos o los ahorcaban.
Menciona este método Horacio Maggio, un prisionero que logró fugarse de la ESMA. Antes de ser recapturado y exhibido como escarmiento a sus compañeros acribillado en la caja de una camioneta, Maggio difundió toda la información que había obtenido mediante cartas que hizo llegar a diversos organismos y personalidades. El detenido aseguró que fue Sánchez el que le habló por primera vez del sistema usado como "solución final" para los desaparecidos.
"Chispa", integrante de la Prefectura, debía conocer uno de los aviones utilizados en los vuelos. Según se probó en uno de los tramos de la megacausa ESMA, se trató de los SKYVAN, que le eran facilitados a la Armada por la Marina, que usaba además los Electra Lockheed 188 de su propiedad.
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El sobreviviente Miguel Ángel Lauletta indica además que Gonzalo Sánchez fue uno de los represores que emboscó al periodista escritor Rodolfo Walsh en San Juan y Entre Ríos. En el mismo operativo participaron Alfredo Astiz, el Tigre Acosta, Pablo García Velasco, Jorge Radice, Juan Carlos Rolon, Antonio Pernías, Julio César Coronel, Ernesto Weber y Carlos Orlando Generoso.
Los prefectos en el grupo de tareas
Los hombres de la Prefectura en la estructura del grupo de tareas no eran muchos, pero el rol que cumplían era destacado. Por lo menos en dos de los casos su destino fue trágico.
Héctor Febres fue hallado muerto en su celda poco antes de que se conociera la sentencia en el primer tramo de la megacausa ESMA, en la que era el único acusado. Febres, conocido como "El Gordo Daniel" o "Selva", fue mencionado en numerosos testimonios como el encargado del trato con las embarazadas cuyos bebés iban a ser apropiados. Fue acusado por una sobreviviente de haber abusado sexualmente de ella reiteradas veces.
Otro integrante de la Prefectura era Juan Antonio Azic, alias "Fredy" o "Piraña". Fue el apropiador de dos hijas de mujeres secuestradas que fueron asesinadas. Un secuestrado lo acusó de haber aplicado corriente eléctrica a su bebé de días para obligarlo a entregar información.
Cuando el juez Baltasar Garzón ordenó su captura, intentó suicidarse, pegándose un tiro, pero sobrevivió para ser juzgado. Durante largo tiempo, permaneció arrestado en una clínica.