Antonella es una perra rotweiler que durante seis años trabajó en la Unidad Penal 4 de Villa Flores. Participó en operativos de seguridad, búsqueda de personas, estupefacientes y explosivos. Por un problema de salud se anticipó su “jubilación” y fue adoptada por una familia de Bahía Blanca.
El traspaso a su nuevo hogar se dio en el marco de “Viejos Camaradas” un proyecto del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que cuenta con el apoyo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia, y busca que una familia pueda dar cariño y hogar a los perros que ya no están aptos para cumplir con sus tareas.
“La familia Lazzarano me contactó para adiestrar a Apolo, un cachorro rottweiler. Cuando empecé con ese trabajo, surgió una charla y les comenté que en la cárcel teníamos una perra con problemas de huesos. Les mostré fotos, videos y les comenté que estábamos buscando adoptantes. Enseguida se interesaron y los invité al penal para que la conocieran”, detalló el guía de perros de seguridad de la Dirección de Cinotecnia del SPB, Jorge Rivero.
Además, explicó que primero, la familia la visitaba a Antonella en la dependencia carcelaria, y después, él la llevaba a la casa de los adoptantes para que mantuvieran encuentros bajo su supervisión.
La nueva familia de Antonella es un matrimonio con dos hijos, de 18 y cuatro años. “Queremos darle lo que tiene merecido, su jubilación ganada. La verdad es que estamos tratando de hacer lo mejor para que ella esté bien. ‘La Gorda’, como le decimos nosotros, es una perra muy mimosa, buena y cariñosa. Mi hijo mayor está enamorado”, contó Sergio, el nuevo dueño.
// Conocé a Patricia, la perra que se ríe cuando la retan
Sobre el problema de salud que sufre la perra, Mario Spicoli, el veterinario de la Unidad 4, Mario Spicoli, dijo que presenta “un cuadro irreversible progresivo de ostreoartritis coxifemoral bilateral” y que “hace tiempo que se trabaja para recuperar la motricidad que perdió”.
A Sergio se le indicó cómo seguir el tratamiento y detalló que Antonella camina 200 metros a la mañana y otros tantos a la tarde: “Por ahora, es lo que puede hacer. Además, le empezamos a comprar alimento light y ya notamos la diferencia”.
El hombre contó que a la perra le encanta dormir en la cama de su hijo mayor junto a Apolo, pero el médico les recomendó que no lo haga por el problema que tiene en la cadera: “Nos dijo que no tiene que hacer esfuerzos cuando baja de la cama. Así que le pusimos un colchón en el piso y duerme allí, aunque, dos por tres se quiere subir”.
Actualmente, en la Unidad 4 hay siete perros de seguridad y apostamiento. En la primera categoría, a la que también pertenecía Antonella, hay dos ovejeros alemanes machos, de siete y de un año y medio; dos ovejeros belga malinois, de cuatro años, y un rottweiler, de seis. Entre los perros de apostamiento, el penal cuenta con una ovejera belga malinois, de tres años, y un macho raza vizsla o braco húngaro, de la misma edad.
