La CIA despidió a una perrita de un año y medio que demostró durante su entrenamiento que detectar bombas no la hacía feliz. Se llama Lulu, y la central de inteligencia de los Estados Unidos la hizo famosa publicando su foto en las redes sociales. Se trata de una labradora negra que abandonó la clase de detección de explosivos.
"Lamentamos informar que después de unas pocas semanas en entrenamiento, Lulu empezó a mostrar signos de que no estaba interesada en detectar olores de explosivos" informó la agencia en un tuit.
"Extrañaremos a Lulu, pero fue una decisión correcta para ella y le deseamos todo lo mejor en su nueva vida", agregaron.
La agencia hizo todo lo posible por retener a la cachorra que enfrentaba una exigencia desmesurada. Siete días a la semana, seis horas por día de capacitación en reconocer 19 mil olores particulares de sustancias peligrosas. Luego, un período adicional de 10 semanas de entrenamiento con el que será su "manipulador". Seguiría una carrera activa de seis o siete años, que en este caso se truncó tempranamente. Antes de despedirla, le ofrecieron atención psicológica, descansos y recompensas adicionales.
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Los críticos de la CIA dicen que la difusión de las simpáticas fotos es claramente una maniobra publicitaria destinada a mejorar la imagen de la cuestionada agencia que habitualmente guarda secreto sobre sus decisiones.
Más allá de las especulaciones, el futuro de Lulu parece haber mejorado a partir de la decisión. "Fue adoptada por su entrenador y actualmente vive su mejor vida al jubilarse", explicaron.
