En El Pueblito, en Valentín Alsina, partido de Lanús, los vecinos aseguran que el 80% ya tuvo coronavirus pero no sólo libran esa batalla: muchos de ellos aún no recuperaron el olfato y temen no darse cuenta si se les prende fuego las casas, en su mayoría construcciones precarias. El miedo no es infundado: en las últimas semanas ya se incendiaron cuatro viviendas.
El origen de estos incendios son los permanentes cortes de luz. Ante la falta del servicio formal, las conexiones son clandestinas, con tendidos colectivos hechos por los propios vecinos. Sin energía eléctrica, la gente suele usar velas para iluminarse. El riesgo es enorme y los accidentes constantes. Así lo contó el periodista Martín Ciccioli en Telenoche, quien describió un panorama sanitario muy complejo: la mayoría de los consultados había tenido COVID-19.
"Mi hermana me contó que salía humo negro de una parte de mi casa. Empecé a pedir ayuda. No sentí nunca el olor porque perdí el olfato por el coronavirus", contó una de las vecinas de El Pueblito con su bebé en brazos. Otra de ellas, le mostró al periodista los despojos de su casa tras las llamas. "No quedó nada. Se me prendió fuego la ropa, la cama. Perdí todos los documentos. Quedé con lo puesto", describió otra mujer.
Los incendios y la falta de luz no son el único problema. Tampoco tienen agua. En medio de la pandemia, todo se vuelve más oscuro. Están pidiendo -reflexionó una vecina- que se los escuche hace mucho tiempo.