Las redes de solidaridad y el apoyo entre los que denuncian abuso por parte del pediatra Alberto Cirulnik crecieron gracias a la inquietud original de Darío Schvartz, un contador de 34 años. Darío fue víctima del profesional, además de su paciente. Sus padres tenían una relación de amistad con el acusado.
El joven sufrió abuso cuando tenía 8 años en el club Kadima de Moreno, donde sus padres y el médico compartían un bungalow. Mientras sus hermanos jugaban al fútbol y sus papás al burako, Cirulnik se quedaba solo con él. Además de masajearlo, lo forzaba a prácticas sexuales. Darío también era abusado cuando, como paciente, lo visitaba en su consultorio de Almagro, donde desarrollaba su práctica privada.
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¿Cómo, de la más extrema soledad, Darío consiguió que se sumaran a su denuncia la hija de Daniel Filmus y al menos otras veinte víctimas de distintas épocas?
Después de superar una denuncia por calumnias e injurias contra él y sus padres, en la que resultaron sobreseídos, Schvartz empezó a relevar si otros exalumnos habían sido presas del pediatra de la ORT. Así dio con Leandro Koch, cuyos padres le habían indicado, a sus 12 años, que les contara a todos sus amigos lo que le había pasado con el médico en la escuela, para que se protegieran. Los Koch tuvieron en marzo de 1997 dos reuniones con los directivos de la escuela comunitaria para informarles lo que había padecido su hijo en el consultorio escolar. A pesar de que les prometieron abrir un expediente, no se tomó ninguna medida preventiva para proteger al alumnado.
Leandro se le unió, y luego se incorporó la única mujer del trío, que le había revelado lo que le había pasado con Cirulnik a un primo de Leandro con quien había salido. Malena Filmus es actriz y directora, y Leandro está a punto de filmar su primer largometraje como director, pero sin embargo no se conocían con anterioridad.
Cada vez se suman más
La noticia del pediatra acusado de abuso y corrupción de menores viajó por las redes hasta el exterior. Algunas de las víctimas de Cirulnik viven en otros países, pero se comunicaron con Darío y los otros integrantes del grupo o con sus abogadas, Andrea Quaranta y Nadia Rivas.
Sistematizando los datos, se pudo reconstruir el recorrido profesional de Cirulnik, que empezó a desempeñarse como médico alrededor de 1975 y no se limitó a trabajar dentro de la comunidad judía.
Algunos denunciantes recuerdan haberlo visto en el Hospital de Escobar, donde hacía guardias. Allí trabajó desde 1975 hasta 1990 aproximadamente, y hay dos personas que recuerdan haber sido abusadas por él en ese lugar. Al mismo tiempo, tenía su consultorio particular en casa de sus padres, en Yatay al 200, de Capital.
Su primer empleo dentro de una institución educativa judía fue en la Escuela Scholem Aleijem, primero con el cargo de preceptor y luego como profesor de Ciencias Biológicas. También en ORT fue docente de la misma materia.
En 1991 empezó a atender como pediatra en Díaz Vélez 4291, en un consultorio del 4to piso. Desde 1980 y hasta el '99 fue médico y director médico de ORT Argentina, primero a título individual y luego como socio gerente de una empresa que contrataba la escuela.
Desde el 2000 trabajó como director médico del Colegio Tarbut, una escuela integral trilingüe de la colectividad con sede en Olivos, también a través de su firma de servicios sanitarios .
Recientemente, una joven lo reconoció como el profesional que le extrajo sangre en un banco de hemoterapia con dirección en Campo de Mayo.
