Una escuela sustentable en el centro de Zárate. Ese es el sueño que tienen los alumnos de la Técnica número 2 y que comenzaron a hacer realidad el año pasado. El proyecto busca no solo cuidar el medio ambiente sino también, ahorrar energía. Además, y no menos importante, los alumnos incorporan conocimientos y los ponen en práctica. El resultado del esfuerzo y el compromiso está a la vista todos los días. Siete aulas de la escuela se alimentan con energía que se obtiene de los paneles solares que ellos colocaron. El objetivo es que para fin de año todo el colegio se alimente con energía solar.
Lo que se consumía de electricidad en el colegio era algo que preocupaba a las autoridades, entonces lo primero que decidieron los chicos, fue cambiar los tubos fluorescentes por leds.
"Los chicos de séptimo de la tecnicatura electrónica plantearon un proyecto para abastecer el aula. Fueron unos 100 alumnos, de quinto, sexto y séptimo año los que empezaron trabajando en esto. La idea es agregar paneles para llegar a abastecer las 20 aulas que tenemos", explica Carlos García, director de la Técnica número 2. Para eso, cuentan con el apoyo de una empresa siderúrgica que les aporta los materiales. Pero la logística y la mano de obra es de los alumnos, orientados por los profes.
Lo que se consumía de electricidad en el colegio era algo que preocupaba a las autoridades, entonces lo primero que decidieron los chicos, fue cambiar los tubos fluorescentes por leds. "Había muchos gastos y la idea era disminuirlos. Con esa modificación bajó hasta un 60 por ciento el consumo", explica Abigaíl, una alumna.
Con energías renovables iluminamos las aulas. No contaminamos el planeta, ayudamos a la escuela y cuidamos el medio ambiente.
Después, llegó el turno de los paneles solares. La instalación, la conexión y la implementación. "También colocaron sensores de movimiento en las aulas para que las luces se prendieran y se apagaran cuando entraban y salían de los cursos. Por otra parte, estudiaron cómo se alimentaban las baterías de reserva y de qué manera tendrían luz las siete aulas de la primera etapa", destaca Silvana Nubile, la vicedirectora.
Cuando se habla de energía solar fotovoltaica, de lo que se trata es de la transformación directa de la radiación solar en energía eléctrica. "Con energías renovables iluminamos las aulas. No contaminamos el planeta, ayudamos a la escuela y cuidamos el medio ambiente", indica María Sol, otra estudiante.
Santiago, que es uno de los alumnos que hace el mantenimiento de los paneles en el techo de la escuela añade: "Los paneles funcionan en serie. Actualmente, hay doce instalados. Este año tenemos que poner 36 paneles más para alimentar el resto de las aulas y los pasillos".
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Sin ponerse demasiado técnicos, pero para demostrar que saben de lo que hablan, Abigaíl explica, además, que la energía almacenada dura un día. "Lo que tuvimos que hacer fue conectar baterías para almacenar el excedente para días de lluvia o por si por alguna razón no puede cargarse. Un porcentaje va a las baterías. Cuando se cargan hasta un tope de alrededor del 50 por ciento, se envía el resto a la alimentación de las aulas".
Los directivos están orgullosos de los chicos y confían en que las herramientas que ahora ponen en práctica les servirán como salida laboral cuando terminen de cursar. "Como decimos, queremos que nuestros alumnos tengan luz propia".
Uno de los mensajes más importantes es el de Elías, otro de los chicos: "No dependemos de nadie. Lo hicimos nosotros y es nuestro". Para ellos, ser pioneros en la materia de escuelas sustentables es motivo de celebración diaria: "En ningún lado se hace y por suerte estamos arrancando", añade Juan, mientras se pone el casco y el arnés de seguridad.
