Desde hace 34 años, Liliana Segundo se desempeña como enfermera en el hospital Juan Domingo Perón de Tartagal, Salta. Más de la mitad de su vida trabajando para los demás y ahora en la pandemia por el coronavirus arriesga su vida para salvar a los pacientes. Por eso, grabó un video pidiéndoles a los vecinos que no salgan de sus casas.
Esta mujer de voz pausada tiene 53 años y está convencida de que de esto "salimos entre todos". Tiene cuatro hijos y siete nietos a quienes no ve desde marzo cuando empezó la cuarentena. Por supuesto que extraña los besos, los abrazos y las reuniones familiares, pero sabe que está haciendo lo correcto. "Los cuido a ellos porque yo por mi trabajo estoy muy expuesta", dijo en diálogo con TN y La Gente.
El Juan Domingo Perón es el hospital cabecera del departamento General San Martín, por lo que recibe a pacientes de varias localidades. Si bien es un edificio chico, hay lugar para que todos sean atendidos. Desde que empezó la pandemia, Liliana y sus compañeros trabajan de sol a sol. Para ellos no hay fines de semana ni francos. "A veces trabajamos 48 horas seguidas, y aunque no nos toque venir, lo hacemos igual. Es muy grande el esfuerzo que todos estamos haciendo, por eso le pido a la gente que no salga, que se quede en sus casas, que si se quedan adentro, el 'bicho' también", reclamó preocupada.
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Actualmente hay 22 enfermeros aislados, por eso están sobrecargados. A raíz de esta situación decidió grabar un video con un mensaje muy claro: "Por favor ayúdennos, colaboren con nosotros. Les digo no salgan, eviten salir por favor. Si no tienen síntomas llamen por teléfono, nosotros estamos para servirlos, para ayudarlos, para colaborar. De ustedes depende. Población de Tartagal, ayúdennos".
Tantas horas de trabajo ininterrumpido deja secuelas físicas, y así lo mostró Liliana en otra parte del video: "Saben lo que es estar como astronautas, ustedes no saben cómo tengo mis manos de tanto lavarme, de tanto alcohol, tanto ácido muriático". Con mirada cansada por horas sin dormir se acerca a la lente de la cámara y muestra su cara y las marcas que le dejó el barbijo: "Mírenme cómo estoy".
Para terminar vuelve a apelar a la consciencia de la gente: "Por eso les pido señores, por ustedes, por nosotros, por nuestros hijos, por lo que más queremos, por nuestros padres, colaboren. No salgan a la calle. Evitemos lamentar. Evitemos muertes. Gracias".
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A lo largo de su carrera vio a muchos pacientes recuperarse y a otros les tocó morir. "Nosotros siempre estamos. Le pido a la gente que en este momento sea comprensiva. Que tenga paciencia porque a veces tardamos en atenderlos porque estamos sobrepasados de trabajo. No me estoy quejando, describo la situación por la que estamos pasando", concluyó angustiada.
Cuando pase la pandemia, lo primero que Liliana va a hacer es reunirse con sus hijos, nietos y su papá. Y así en familia, disfrutar de los almuerzos y los viajes que hacían a Bolivia para pasa el día. Mientras tanto sigue trabajando para el prójimo, resignando horas de descanso para caminar los pasillos del hospital y atender a cada uno que lo necesite.