La aurora boreal es un fenómeno que pocos tienen el lujo de ver de cerca. Se da en cielos sobre territorios poco poblados, al margen del mundo. Más allá de que tiene una razón científica, desde siempre circularon mitos y leyendas para explicar las fascinantes luces de norte.
Los finlandeses llaman a la aurora boreal "revontulet" que significa "fuegos del zorro". El nombre proviene de una antigua leyenda que indica que eran los zorros árticos cuando golpeaban la nieve con sus colas los que generaban chispas de colores en el cielo.
Los esquimales creían que la aurora boreal era un camino sinuoso, estrecho y peligroso que conducía a las regiones celestiales. En Groenlandia, en tanto, los pueblos originales pensaban que el fenómeno era provocado por las almas de los muertos que subían al cielo portando antorchas que se reflejaban en los hielos eternos.
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Los estonios vinculaban a las ballenas con las auroras. Para ellos eran sus chorros de agua los que llenaban de colores el cielo. Para las leyendas suecas los cisnes eran los que provocaban las auroras. Según esta visión, estas aves volaban hacia el norte y las que llegaban más lejos quedaban congeladas en el cielo. Al aletear para poder liberarse, formaban las ondulaciones de luz.
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