Después de que en marzo pasado TN.com.ar diera a conocer la denuncia en la justicia canónica y penal de abuso sexual reiterado por parte de un joven contra Eduardo Lorenzo, el excapellán del Servicio Penitenciario Bonaerense y confesor de Julio César Grassi, el sacerdote condenado por el mismo delito, dos nuevas víctimas se acercaron a la fiscalía. Así lo informó el abogado querellante Juan Pablo Gallego a este sitio.
// El confesor del cura Grassi y capellán del Servicio Penitenciario fue acusado de abuso sexual
El profesional, que intervino en la causa del fundador de Felices los Niños, declaró a este medio que los nuevos testimonios “terminan de describirnos un modus operandi bien definido, un patrón que se repite a la hora de elegir a sus víctimas. Y además, vienen a confirmar otras declaraciones, según las cuales, la vida de Lorenzo era más parecida a Sodoma y Gomorra que a la de un consagrado".
Un joven que resguarda su identidad con el nombre de León, ahora de 26 años, fue sometido sexualmente y utilizado como carnada para atraer a otros chicos que el cura invitaba a su casa parroquial en la iglesia de Gonnet. "Siempre había alcohol. Nos controlaba, sabía nuestros horarios, teníamos que ir todos los días. Hablaba siempre de sexo, del tamaño de los penes comparado con el modelo de los autos. Nos pedía que los mostrásemos. También trajo una mesa de ping pong y organizaba campeonatos para atraer más chicos", explica León. "Se excitaba, se ponía agresivo. Te pellizcaba, te pinchaba con un tenedor, te tiraba al piso y se tiraba encima, y nos incitaba a que hiciéramos lo mismo", continúa.
Los dos nuevos denunciantes revelan que las prácticas del cura Lorenzo se desarrollaban durante campamentos organizados, entre 1990 y 1995, cuando era párroco de la iglesia San Benito de Olmos y entre los años 1999 y 2001 cuando cumplía la misma función en la iglesia Nuestra Señora de Lourdes. Ambos declarantes decidieron acercarse a la justicia después de ver la imagen de Lorenzo en medios de comunicación y hacen reserva de su identidad.
El abogado Juan Pablo Gallego, representante de la primera de las víctimas, revela que cada vez que una persona decide acusar a Lorenzo, recibe llamados intimidatorios. "Les ofrecen cosas a cambio de retractarse", señala. “El arzobispo de La Plata, Victor Fernández tiene que apartarlo porque está tratando de bloquear la investigación. El 24 de marzo pasado se fotografió dando misa a su lado, en un intento de legitimarlo. Quieren tapar el cielo con las manos, pero eso es totalmente imposible".
Lorenzo fue reemplazado por el Servicio Penitenciario en su cargo de capellán días después de que se hiciera pública la denuncia. Sin embargo, continúa realizando tareas y cobrando un sueldo a la espera de que le llegue la edad de la jubilación. Esto es especialmente preocupante porque, según el testimonio de León, el cura se jactaba de que gracias a su trabajo en las prisiones "tenía contacto con los peores asesinos" y así amedrentaba a sus posibles acusadores.
Gallego no descarta sin embargo que se acerquen más afectados por los abusos del sacerdote en las próximas horas.