El fuego se hereda en la familia Mallmann. Pasa de mano en mano, como una ofrenda. De Francis Mallmann -a esta altura, chef de fama global- a su sobrino Agustín, que forma parte de la nueva camada de cocineros jóvenes que brillan en su oficio, pero también en las redes sociales.
Darse una vuelta rápida por el Instagram de @amallmann implica sumergirse en una sucesión interminable de platos tentadores y atardeceres playeros. Mallmann nació en Estados Unidos, pero pasa sus meses viajando por todo el continente para cocinar en eventos exclusivos, como su tío. Y casi siempre entre brasas, fuegos y parrillas, también como su tío.
En Buenos Aires el cocinero de 25 años participó de "La noche de la Patagonia", un evento organizado por Cruzada Patagónica, una fundación que trabaja desde hace 38 años por el desarrollo integral de los pobladores rurales de la Patagonia.
"Lo que hace Cruzada Patagonica en el sur es apasionante: tienen dos escuelas secundarias agrotécnicas con residencia estudiantil gratuita en Junín de los Andes y Cholila para los jóvenes del oeste de la Patagonia. El cambio que se esta produciendo en los parajes rurales es emocionante”, cuenta Agustín.
Si bien es muy jóven y lleva la cocina en los genes, viene sumando experiencia hace rato. A los 18 debutó en el restaurante de Francis en el pueblo uruguayo de Garzón. Y empezó desde bien abajo: picando perejil y lavando verdes. "Fue una experiencia muy dura, pero que forjó mi carácter y me permitió crecer mucho como persona y como cocinero".
Fue la confirmación de que no se había equivocado cuando eligió los fuegos en lugar de los caballos, otra de sus pasiones (jugó al polo durante años).
"Siempre admiré mucho el estilo de Francis: él no es solo un gran cocinero, es un generador de experiencias", asegura Mallmann que formó parte de la Cruzada Joven. "Cuando me convocaron, no dudé en sumarme mi granito de arena y contribuir al cambio del país a través de la educación".