Pocas cosas resultan más frustrantes que abrir el placard y descubrir que una prenda favorita tiene agujeros. Las polillas son uno de los enemigos más silenciosos del ropero: actúan sin ser vistas y pueden arruinar tejidos delicados como lana, seda o algodón. Frente a este problema, muchos recurren a productos químicos o aerosoles que prometen mantenerlas alejadas, aunque no siempre son la mejor opción. En cambio, algunos remedios naturales pueden cumplir la misma función sin dañar la ropa ni dejar olores fuertes.
Leé también: Adiós al placard tradicional: la alternativa económica que ordena y optimiza el espacio
Entre las alternativas más efectivas se destaca la lavanda, una planta aromática conocida por su fragancia suave y por los múltiples usos que tiene en la vida cotidiana. Desde tiempos antiguos, se utiliza en cosmética, limpieza y hasta en la cocina, pero también se le atribuyen propiedades protectoras para el hogar. Su olor característico no solo resulta agradable, sino que además puede tener efectos prácticos dentro del placard.
El vínculo entre las hojas de lavanda y el cuidado de la ropa es mucho más estrecho de lo que la mayoría piensa. Lo que comenzó como un consejo casero se convirtió en una solución sustentable para mantener los armarios libres de insectos y, al mismo tiempo, perfumar las prendas. Por eso, cada vez más personas optan por colocar pequeñas ramas o bolsitas de lavanda entre la ropa.
Por qué recomiendan colgar ramas de lavanda en el placard
Colgar ramas de lavanda en el placard tiene una función muy concreta: ahuyentar las polillas que suelen dañar la ropa. Aunque su aroma puede resultar agradable para muchas personas, estos insectos lo detestan. Esto hace que actúe como un repelente natural al evitar que se instalen y formen colonias en la tela.

La explicación está en los aceites esenciales que libera la planta. Estas sustancias aromáticas desprenden compuestos volátiles que, al impregnarse en el ambiente, alteran el sentido del olfato de las polillas y las mantienen alejadas. Por eso, una simple rama de lavanda colgada dentro del placard puede ser suficiente para proteger las prendas durante varias semanas.
Además, la lavanda aporta un beneficio adicional: deja un aroma fresco y limpio que perdura en el tiempo. A diferencia de los productos químicos, no mancha ni impregna las telas con olores fuertes. Su perfume natural se percibe suave, lo que contribuye a que la ropa mantenga una sensación de higiene y bienestar cada vez que se abre el placard.
Leé también: Pocos lo saben: para qué sirve colgar una ramita de lavanda en la ducha y qué beneficios tiene
Otra ventaja es que esta práctica es completamente ecológica y económica. Las ramas secas de lavanda pueden conseguirse fácilmente en viveros o incluso cultivarse en casa. Una vez secas, alcanzará con agruparlas en atados o bolsitas de tela y ubicarlas entre las prendas.
Otras formas efectivas de combatir a las polillas
Además de la lavanda, existen otros métodos naturales para mantener alejadas a las polillas. El cedro, por ejemplo, es uno de los más conocidos: sus aceites también desprenden un olor que estos insectos no toleran. Colocar trozos de esa madera, esferas o bolsitas con virutas dentro del placard ayuda a reforzar la protección. También se puede combinar con aceites esenciales de limón o eucalipto, que potencian su efecto.

Otra medida importante es mantener la limpieza del ropero. Aspirar los rincones, ventilar con frecuencia y lavar la ropa que haya estado guardada por mucho tiempo reduce el riesgo de infestación. Las polillas suelen depositar sus huevos en telas que conservan restos de transpiración o polvo, por lo que una buena higiene es clave para prevenir su aparición.
Adoptar estos cuidados simples permite conservar las prendas en buen estado por más tiempo. La lavanda, el cedro y otros recursos naturales ofrecen una manera efectiva, segura y sustentable de protegerlas sin recurrir a productos químicos ni aerosoles.



