Hacer un asado es un ritual por excelencia del argentino: se trata de una actividad social y cultural muy ligada a la identidad y a la tradición, ya que combina la reunión con la buena comida. Sin embargo, aquel que tiene la responsabilidad de ser parrillero sufre más de la cuenta cuando se termina el convite: la parrilla, de la que salen los deliciosos cortes, suele quedar totalmente sucia.
En principio, si está demasiado fría cuando se coloca la carne, los jugos que emana hacen que se adhiera al metal. Para evitarlo, el hierro caliente genera una especie de costra, provocando la denominada “reacción de Marillard”, que sella la superficie y evita que se pegue, aunque son pocos los que toman esa previsión para evitar males mayores.
Los restos de grasa o carbón viejo hacen las veces de pegamento, mientras que el asado húmedo -sobre todo si está recién lavado- genera vapor que provoca que se adhiera. En conclusión, se trata de una serie de factores físicos y químicos que derivan en un dolor de cabeza para el cocinero. El utensilio de cocina, dependiendo de su material, puede tener una vida útil mayor o menor.
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Los de hierro común -sin esmaltar- y los enlozados duran entre cinco y diez años en promedio. Por otra parte, los de acero inoxidable resisten bastante más, hasta dos décadas; mientras que las de hierro fundido trascienden ese tiempo y llegan a superar los 20 años, pero es clave curarlo y cuidarlo para que no se oxide. Tener la parrilla impecable es casi una obligación.
Qué ingredientes se necesitan para limpiar la parrilla tras un asado
Para ello, el influencer Piero Silva contó a través de su cuenta de Instagram que hay varios tips que sirven para cumplir con ese cometido. El video, que fue publicado a finales de junio, ya tiene más de 74.000 likes y cientos de comentarios positivos de internautas. En primera instancia, el creador de contenido explicó en el audio que la parrilla con mugre puede contaminar las próximas comidas y alterar claramente su sabor.

Si bien lo ideal es desengrasar antes, muchas veces esa opción está fuera del alcance. Con la intención de eliminar restos pegados, se tiene que preparar un buen fuego, haciendo que el calor ablande la suciedad y facilite su eliminación posterior. Luego, aconsejó tomar media cebolla y pasarla, con bastante sal, por encima del hierro: las temperaturas altas provocan que se liberen ácidos naturales que ayudan a desinfectar.
El papel aluminio, un aliado a la hora de limpiar la parrilla
La sal, a su vez, actúa como abrasivo y saca cualquier residuo existente. Si aún quedó algún resto de grasa, recomendó armar una pelota pequeña de papel aluminio y raspar bastante sobre la superficie. Por último, sugirió aplicar un poco de vinagre sobre un paño o toallita y pasarla sobre la parrilla, previniendo malos olores. Con todas esas pautas, el utensilio se exhibirá prácticamente impoluto, como si no hubiese tenido usos.
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Cuando se hacen verduras, el proceso de limpieza es diferente: los vegetales sueltan agua y azúcares, que caramelizan e imprimen una capa pegajosa, pero es mucho más fácil de remover que la grasa. En cambio, se hace pizza, la masa deja harina y almidón, que se carbonizan y se presentan como una costra dura. En ese caso, sí es mejor implementar un cepillo metálico con fuego fuerte para que se desprenda todo y dejar reposar durante unos minutos.