El baño ya no es lo que era. La bañera, ese símbolo de relax y lujo, empieza a despedirse de los hogares argentinos y del mundo. En su lugar, las duchas walk-in pisan fuerte y se perfilan como la gran tendencia para finales de este 2025 e inicios del 2026.
Cada vez más, arquitectos y diseñadores apuestan por espacios funcionales, modernos y fáciles de mantener. El cambio no es solo estético: responde a nuevas formas de vivir y aprovechar el tiempo.

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Por qué las duchas walk-in son la opción del momento
Las duchas abiertas, conocidas como walk-in, rompen con la estructura tradicional del baño. Se instalan a ras del piso, sin escalones ni barreras, y suelen estar delimitadas por mamparas de vidrio transparente. El resultado: un ambiente más amplio, luminoso y accesible.
Entre los beneficios más destacados, los expertos señalan:
- Ahorro de espacio: ideales para baños chicos o medianos, donde cada metro cuenta.
- Eficiencia: consumen mucha menos agua que una bañera tradicional.
- Estética moderna: permiten diseños minimalistas y visualmente limpios.
- Accesibilidad: facilitan el ingreso a personas mayores o con movilidad reducida.

Materiales y colores que marcan tendencia
El cambio no es solo en la estructura. Los materiales y acabados también evolucionan: la resina, la piedra natural y el porcelanato continuo reemplazan al clásico esmalte de las bañeras. Los colores cálidos y los tonos tierra se imponen para crear un ambiente relajante, casi de spa, en casa.
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Un cambio de hábitos que va más allá del diseño
La tendencia no es solo una cuestión de moda. El reemplazo de la bañera refleja un cambio cultural: las rutinas diarias se vuelven más prácticas y rápidas, dejando atrás el baño largo y relajante que antes era parte del ritual hogareño.